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Injerencias del contexto político en la Escuela de Psicología de la UNC (1973-76)

5.2. Docentes y corrientes teóricas

Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología (11 al 13 de octubre de 1974)

            Durante el período 1973-76, las cambiantes tendencias político-ideológicas del gobierno nacional-provincial se reflejaron en el reemplazo de docentes y autoridades académicas de la Escuela de Psicología. Esos cambios, a su vez, se tradujeron en diversas oscilaciones teóricas en las materias de la carrera.

            A grandes rasgos, podría afirmarse que los profesores cercanos a las posiciones de izquierda tendían a encuadrarse dentro de las corrientes psicoanalíticas, mientras que los docentes afines a la derecha se identificaban con las vertientes psicométrico-conductistas y filosófico-existencialistas.

            Ambas tendencias parecen haber tenido su peso durante los 60 y 70, pero no queda del todo claro, al analizar los testimonios de los entrevistados, cuál de esas orientaciones fue predominante en la carrera en esos años.

 

 

5.2.1. Antes de 1973

 

            Según Héctor Martínez, "los que tenían el 'poder', por decirlo de alguna manera, a fines de los 60 y principios de los 70 eran los psicometristas, los metodólogos, los profesores abocados a lo que podríamos llamar 'lo científico', 'lo clínico' y el 'método actuarial': algunos de ellos eran psicólogos, mientras que otros (principalmente los del área clínica) eran médicos psiquiatras".

            Ana Alderete reconoce que los psicometristas como Murat y Fogliatto "imponían su orientación en los trabajos finales", al menos hasta el cambio del plan de estudios en 1969, pero remarca que la psicometría "era mucho menos importante que ahora" y que "las únicas materias psicométricas eran Psicoestadística, Metodología y Técnicas Psicométricas".

            Respecto al psicoanálisis, Martínez dice que "no tenía una presencia fuerte" en esos años sino que "apareció muy despacio durante la década del 70". Raúl Gómez, en tanto, coincide en que el psicoanálisis fue "incipiente" y "bastante marginal" hasta bien entrados los 70.

            Otros consultados, por el contrario, sostienen que el psicoanálisis fue muy importante desde el mismo momento de creación de la carrera.

            Dice Mirotti: "Las carreras de psicología nacidas a fines de los 50 y principios de los 60 surgieron de docentes que bebían de fuentes psicoanalíticas e inexorablemente volcaban esos conocimientos en sus clases. Había una impregnación de conceptos freudianos, que eran los únicos que tenían algún desarrollo en ese momento". No obstante, "el psicoanálisis tuvo algunas resistencias por parte de los psicometristas", lo cual "está muy bien, porque la investigación matemática es fundamental en psicología y no estaba suficientemente desarrollada en Argentina" ([1]).

            Livio Grasso, en tanto, dice que el psicoanálisis era predominante en los años 60 y continuó siéndolo luego, aunque siempre matizado por otras orientaciones. También Mocchiutti remarca que el psicoanálisis fue la corriente imperante en todo momento: "Nosotros nos formamos con un grupo de psicoanalistas entre los que estaban José Bleger, Marie Langer, Jorge García Badaraco, Enrique Pichon-Rivière, Arminda Aberastury y varios más".

            Edgardo Pérez coincide con que "hasta la derechización de la Facultad en 1974, acá era el paraíso del psicoanálisis". Y Carmen Stábile, que cursó la carrera entre 1970 y 1974, añade que "si alguien no tenía las obras de Freud era como que le faltaban los libros básicos", aunque también aclara que "había elementos de Melanie Klein" y que cada uno iba descubriendo otros autores a medida que avanzaba en la carrera y en la profesión.

            Mirotti puntualiza además que en los 70 prevalecieron diversas "modas" dentro del psicoanálisis: "alguien podía ser freudiano, después kleiniano y después lacaniano", aunque "ninguna de esas orientaciones llegó a impregnar la carrera".

            Gómez añade que algunas materias no sólo abordaban a autores psicoanalíticos muy diversos sino que también se nutrían de otras escuelas: por ejemplo, había cátedras como la de Braunstein que "incorporaba lecturas de lo que hoy llamaríamos cognitivismo". Mirotti coincide en que "el psicoanálisis se combinaba muchas veces con otras corrientes: por ejemplo, [Jorge] Saurí hacía un psicoanálisis medio tonalizado con cierta cosa existencial; y Nuria Cortada se inclinaba más hacia la psicología infantil".

            Pérez recuerda en particular las clases de "un excelente profesor de 'Psicología Profunda', Teodoro Isaac, que siempre incluyó en sus clases a textos de psicoanalistas como Freud, Jung y Adler, y también a autores de tipo existencialista". Recién después, dice Mocchiutti, "emergió el neoconductismo, la Gestalt, el lacanismo importado de Buenos Aires y otras líneas teóricas que fueron incorporándose".

 

 

5.2.2. 1973

 

            Durante 1973, en línea con la orientación ideológica del gobierno nacional y provincial, se registraron varios cambios de autoridades en la Facultad y en la Escuela de Psicología, junto con diversos reemplazos de docentes y modificaciones en las tendencias teóricas de la carrera. Sólo en ese año hubo tres decanos: Gaspar Pío del Corro (mayo de 1972 a mayo de 1973), Guillermo Beato (junio de 1973 a noviembre de 1973) y Raquel Ferrario (noviembre de 1973 a diciembre de 1974).

            Durante la gestión de Beato, la carrera incorporó a varios docentes considerados como "progresistas" o "de izquierda", y cesanteó a algunos profesores definidos como "derechosos" ([2]). Los ingresos más destacados fueron los de varios miembros del equipo de Psicopatología del Hospital de Clínicas: Néstor Braunstein, Marcelo Pasternac, Pedro Palombo y Rubén Musicante, entre otros (López, 2005; Ferrari, 2010; Philp, 2010; Rodríguez & Altamirano, 2010; Guerrero, 2013). En ese grupo también estaba Paulino Moscovich, que era psiquiatra, pertenecía al Partido Comunista y estaba vinculado al Hospital de Clínicas y al Sanatorio Bermann.

            Además, según recuerda Angélica Dávila, se produjo "el ingreso de varios psicoanalistas de orientación progresista en materias como Psicología del Trabajo, Psicología Social I y II, y Psicología Clínica, donde se estudiaba principalmente a autores de izquierda como Enrique Pichón Riviere y José Blejer". En general, según Ana Alderete, los docentes incorporados "no fueron tantos y no sé cuánto tiempo habrán estado". 

            Respecto a las expulsiones, Dávila aclara que fueron promovidas principalmente por los estudiantes y afectaron a "docentes con un pasado 'derechoso' o posturas que no coincidían con la orientación colectiva y social" de la psicología: "echamos, por ejemplo, a Ventura Cordero, que daba Neurofisiología y Psicofisiología; y a "un abogado que daba una sociología yanqui, con conceptos como los de rol y status, en Psicología Social I".

            Ana Alderete ratifica que el alejamiento de esos profesores no fue dispuesto por las autoridades de la Facultad sino que tuvo origen en reclamos de los estudiantes, y menciona en particular el caso de Enrique Revol, de la cátedra de Antropología, que se fue después de que los alumnos le hicieran toda clase de planteos y llegaran incluso a hacer explotar 'cebitas' en su clase.

            Cristina Vera mantiene una visión completamente diferente: deja en claro que los docentes cesanteados ("de real valía y de distintas tendencias") quedaron afuera "por oponerse a los postulados de las autoridades" de la Facultad: "No necesariamente eran echados sino hostigados a través de distintas medidas: por ejemplo, la creación de cátedras paralelas".

            Añade Grasso: "Por entonces hubo una especie de auge de las posiciones ideológicas de izquierda, que pretendían ser también concepciones de izquierda de la psicología y de las ciencias sociales. Esos enfoques eran predominantes en las materias de primer año, como Historia de la Psicología e Introducción a la Psicología, que estaban en manos de los profesores Gerardo Mansur ([3]) y Néstor Braunstein, respectivamente. Ellos daban consideraciones adversas a lo que presentaban como 'psicología yanqui'; es decir el conductismo, la psicología experimental y cualquier ciencia social que recurriera a conceptos metodológicos formales y especialmente a nociones estadísticas. En esos años predominó la idea de 'izquierdizar' los contenidos de la carrera por medio de una actitud crítica hacia la psicometría y la estadística".

            Edgardo Pérez ratifica que por entonces había solamente dos orientaciones teóricas predominantes en la carrera: marxismo y psicoanálisis. "La materia Psicología del Trabajo, por ejemplo, consistía básicamente en leer libros de Marx; y la orientación clínica era claramente psicoanalítica. Lo demás era residual: las cátedras más metodológicas, como Psicometría y Metodología de la Investigación, tenían un rol muy secundario". Coincidentemente, Raúl Gómez puntualiza que en esos momentos "se estudiaban textos de psicoanalistas marxistas como Georges Politzer". Y Angélica Dávila agrega que "era común la lectura de autores como Althusser y Marx para ver desde dónde nos posicionábamos respecto a la psicología; también debatíamos si el cambio [revolucionario] debía plantearse desde la psicología o hacerse desde la política". Ese predominio de los enfoques de izquierda, según Grasso, no se interrumpió con la "derechización" de la Facultad en 1974 sino que continuó hasta el Golpe de 1976: "Recién ahí hubo cambios: hasta entonces no registré que se aminoraran esas orientaciones en ningún sentido". Dice además que él consideraba a esas posturas sólo como "pretendidamente" de izquierda, ya que eran totalmente contrarias a las del comunismo universitario soviético, que era "experimental, cuantitativo, estadístico y metodológicamente riguroso".

            "Hay un texto del propio Lenin que patrocina el uso de la estadística en las ciencias sociales: dice textualmente que 'ciencia social sin estadística es ciencia social burguesa'. También en Cuba los programas de estudio de psicología y ciencias sociales eran absolutamente 'yanquis', según el criterio que se tenía acá", remarca Grasso.

            Gómez aporta datos que complementan la visión de Grasso: "La izquierda cordobesa incluía pequeñas corrientes que reivindicaban lo cuantatitavo y si se quiere más positivista; es decir, existía un conductismo de izquierda en esta Facultad. De hecho, una de las docentes más importantes de la carrera en ese momento, Raquel Krawchik, era militante del Partido Comunista y a la vez conductista, al punto de que la llamábamos 'La viuda de Pavlov'. En la propia biblioteca de esta Facultad nosotros encontramos textos escritos por psicólogos chilenos durante el gobierno de Salvador Allende, que reivindicaban al comportamentalismo soviético".

            "Está claro entonces que existió un sector de izquierda radical que vio en el conductismo una visión más científica de la psicología, en confrontación con la postura filosófica, tomista, metafísica, escolástica, que también tenía presencia en ese momento y terminó siendo dominante después del Golpe de 1976", completa Gómez. 

 

 

5.2.3. 1974-75

 

            A partir de la "derechización" del gobierno en 1974, parece haberse registrado una tendencia inversa a la del año anterior: se alentó el ingreso de docentes conductistas y filosófico-existencialistas, y a la vez se cesanteó a muchos profesores psicoanalíticos y/o de izquierda.

            Servetto recuerda que en 1974, durante la presidencia de Perón, empezó a aplicarse la Ley de Prescindibilidad, que autorizaba a despedir empleados por razones ideológicas ([4]): "Muchos profesores fueron detenidos, otros terminaron desaparecidos y otros pudieron exiliarse. Los casos emblemáticos de la facultad de Filosofía son los de Oscar Del Barco, que consiguió exiliarse en México, y de otros académicos e intelectuales como Héctor Schmuchler, Tununa Mercado, Noé Jitrik o el grupo de La revista 'Pasado Presente', dirigida por José Aricó". 

            En la Escuela de Psicología, según recuerda Ana Alderete, "ingresó gente más conservadora y obviamente cambió el enfoque": en Psicología Evolutiva II, por ejemplo, "sacaron a Susana Guiñazú y pusieron a María Cristina Martínez Vázquez, que era esposa de un ministro de la dictadura ([5]).

            Edgardo Pérez señala que, efectivamente. "se incorporaron profesores con una orientación absolutamente distinta a la anterior, que nos trataban como si fuéramos alumnos de primaria, con muchas órdenes y una cosa muy autoritaria; ingresaron, por ejemplo, dos médicos psiquiatras: uno de orientación biológica y sin conocimientos de psicología, que se hizo cargo de la cátedra de Psicopatología ([6]); y otro, que no era fuerte en ninguna corriente psicológica, asumió al frente de Psicología Clínica".

            Luego, a partir de enero de 1975, el nombramiento de Carmelo Felauto como decano de la Facultad de Filosofía derivó en la mayor purga de docentes del período en estudio (Facultad de Filosofía UNC, 2014). En ese lapso fueron cesanteados 29 profesores de todas las Escuelas de la Facultad, 15 de los cuales pertenecían a la carrera de Psicología: en su mayoría adscribían al psicoanálisis y eran afines a partidos de izquierda ([7]). Son los siguientes:

            * Manuela Cabezas de Oviedo. Era Jefa de Trabajos Prácticos (JTP) de Psicología Clínica. Fue cesanteada el 01/01/1975.

            * Ana María Frassoni. Era JTP de Psicología Evolutiva. Fecha de cesanteo: 01/01/1975.

            * Graciela Viviana Svorgan. Era ayudante de 2ª de Psicología Clínica. Fecha de cesanteo: 01/01/1975.

            * María Culasso de Foscarini, JTP de Psicología Clínica. Cesanteo: 01/05/1975.

            * Gerardo Mansur, profesor titular de Historia de la Psicología 01/05/1975 ([8]).

            * Susana Belda de Baima, profesora encargada de la cátedra Psicología Fundamental. Cesanteo: 13/05/1975.

            * Paulino Moscovich, profesor titular de Psicopatología General. Cesanteo: 13/05/1975.

            * Margarita Caminotti de Bartolacci, JTP de Psicopatología General. Cesanteo: 01/08/1975.

            * Susana Gallardo de Dione, JTP de Psicopatología General ([9]).

            * Carlos Eugenio Salgado, ayudante de 2ª de la cátedra Psicología Social.

            * Oscar Lobera, JTP de Psicología Fundamental ([10]).

            * Rodolfo del Bocca, JTP de Neurofisiología. Cesanteo: 04/01/1976.

            * Néstor García, profesor adjunto de Técnicas Proyectivas. Cesanteo: 04/01/1976.

            * Susana Tresserra de Guiñazú, profesora adjunta de Psicología Evolutiva II. Cesanteo: 04/01/1976. Fue reemplazada por María Cristina Martínez Vázquez, que "era la esposa de ministro de la dictadura", recuerda Ana Alderete.

            * Juan Mocchiutti, profesor titular de Historia de la Psicología. Cesanteo: 05/03/1976 ([11]).

 

 

5.2.4. El Proceso

 

            Durante el gobierno militar hubo otros nueve docentes cesanteados en la Escuela de Psicología: seis en 1976 y los tres restantes en 1977, 1978 y 1979 respectivamente (Facultad de Filosofía UNC, 2014). Son los siguientes:

            * Angélica Dávila, ayudante de 2ª de Psicología Clínica. Cesanteo: 01/04/1976.

            * María de Cena, profesora titular (sin especificación de cátedra). Cesanteo: 30/04/1976.

            * Miguel Mirotti, profesor titular de Técnicas Proyectivas. Cesanteo: 30/04/1976.

            * Graciela Strada, JTP de Técnicas Proyectivas y de Historia de la Psicología. Cesanteo: 30/04/1976.

            * Enrique Saforcada, profesor titular de Psicología Social. Cesanteo: 30/04/1976. Fue reemplazado por Eduardo Castro, caracterizado por Ana Alderete como "de formación más funcionalista".

            * María Estrada de Rampulla, profesora titular de Técnicas Proyectivas. Cesanteo: 01/06/1976.

            * Graciela Leguizamón, ayudante de 2ª de Técnicas Proyectivas. Cesanteo: 01/05/1977.

            * Raquel Krawchik, Jefa de Trabajos Prácticos de Neuroanatomía y Neurofisiología. Cesanteo: 01/04/1978.

            * Blanca Rodríguez, profesora titular de Psicología Educacional: Cesanteo: 30/07/1979.

 

            Tanto antes como después del Golpe de Estado, los cesanteos no habrían estado originados por la adhesión de los docentes a determinada corriente de la psicología sino exclusivamente por su presunta afinidad o pertenencia a agrupaciones de izquierda. El hecho de que los expulsados hayan sido mayoritariamente psicoanalistas no tuvo que ver con alguna especie de rechazo a esa orientación sino más bien con que muchos de los docentes marxistas eran a la vez psicoanalistas. De hecho, los psicoanalistas "no fueron perseguidos sino que siguieron al frente de sus cátedras durante el Proceso", confirma Edgardo Pérez. Grasso añade: "Se dijo alguna vez que los militares habían prohibido la enseñanza de Freud, pero no fue así. En realidad, casi nunca se enseñó otra cosa en esta carrera: las demás corrientes no tuvieron ninguna importancia". Martínez relativiza esas afirmaciones. Si bien admite que "el psicoanálisis se estaba metiendo por todos lados", sostiene que las corrientes dominantes durante el Proceso fueron la psicometría y la psicología de corte filosófico-existencial, ya que el director de la Escuela a partir de octubre de 1976, Juan Mocchiutti, le quiso dar esa impronta a la carrera ([12]).

            Raúl Gómez, en tanto, directamente afirma que "el psicoanálisis cedió terreno durante el gobierno militar, cuando adquirieron predominio las posturas "filosóficas, tomistas, metafísicas, escolásticas" ([13]).

 

 

5.2.5. Después de 1983

 

            Tras la restauración democrática en 1983 se produjo el reingreso de la mayoría de los docentes que habían sido cesanteados a partir de 1974 ([14]). Quizá previsiblemente, varios de los reincorporados protagonizaron enfrentamientos con quienes habían permanecido en la carrera durante el gobierno militar.

            Esos conflictos, a los que se hará referencia más adelante, tuvieron que ver, como en la década anterior, no sólo con cuestiones político-ideológicas sino también con la adscripción a diferentes corrientes de la psicología y también con motivos estrictamente personales.


Referencias 

[1]   También Ferrari & Guerrero (2005) han escrito que el psicoanálisis enfrentó diversas críticas en Córdoba, aunque no de los psicometristas sino de "los filósofos de la corriente neoescolástica y de tendencias clericales", que lo habían identificado con los grupos reformistas y con la izquierda".

[2]    En 1973, la Facultad de Filosofía también incorporó (o reincorporó) a docentes considerados de derecha: por ejemplo, Nimio de Anquín, ligado al pensamiento conservador; y Carmelo Felauto, muy afín a la derecha peronista. Cabe aclarar que ninguno de los dos dictaba clases en la carrera de Psicología (Philp, 2011). 

[3]   Mansur tenía a su cargo la cátedra 'B' de Historia de la Psicología, y Juan Mocchiutti estaba en la 'A'. Eran materias paralelas, con orientaciones muy diferentes.

[4]  El 7 de agosto de 1974 el Congreso Nacional promulgó la Ley de Prescindibilidad, que autorizaba a los ministros, secretarios de Estado o autoridades superiores de los organismos públicos a "dar de baja y designar por razones de servicio al personal de la administración pública, empresas estatales o cualquier dependencia oficial que considerase" (De Luca, 2008).

 

[5]   Susana Tresserra de Guiñazú es egresada de la primera cohorte de la carrera de Psicología de la UNC. Llegó a desempeñarse como profesora adjunta en la cátedra Psicología Evolutiva II. Fue cesanteada el 4 de enero de 1976, durante el decanato de Carmelo Felauto, y reincorporada en 1985.

 

[6]   La cátedra de Psicopatología era dictada por Paulino Moscovich, que había ingresado el 20/7/1973 mediante resolución Nº 267 y quedó cesanteado dos años después, el 13/5/1975, según consta en el legajo 1285. Moscovich fue reincorporado 10 años después, en mayo de 1985, junto a un centenar de docentes que habían sido expulsados a partir de 1974. 

[7]   También en 1974, cuando la decana era Raquel Ferrario, se había registrado el despido de una docente de Psicología, que aparece en la lista de profesores cesanteados por motivos políticos (Facultad de Filosofía UNC, 2014). Se trata de María Vigano, ayudante de 2ª de Psicología Social. No fue posible averiguar cuál era su orientación política ni a qué corriente psicológica adscribía. 

 

[8]   Juan Mocchiutti asegura que él, y no Mansur, era el titular de Historia de la Psicología, porque había ganado el concurso por decisión unánime del tribunal. Pero es probable que ambos hayan sido considerados como titulares al desdoblarse la materia en una Cátedra "A", a cargo de Mocchiutti, y otra "B", dirigida por Mansur.

           

[9]   En mayo de 1976, pocos meses después de su expulsión de la Escuela de Psicología, Susana Gallardo de Dione fue detenida en su lugar de trabajo, el Hospital Santa María de Punilla, por unos hombres que se autoidentificaron como miembros de Inteligencia de Aviación. "Me introdujeron en una sala de un pabellón, atada y vendada. Me preguntaban por la filiación de mis compañeros de trabajo, si tenían participación con los 'moncho' o los 'erpianos', como decían ellos. Me preguntaron por mi familia, me amenazaban con hacerme 'el submarino' y hacían ruido con las botas y con las armas... Me sorprendió que me preguntaran por lo que había leído en la Facultad: Freud, Piaget, la Biblia, Marx", declaró Dione en la megacausa La Perla (El Diario del Juicio, 2012b). Posteriormente fue trasladada al Campo de la Ribera junto a una compañera de trabajo, también psicóloga, y permaneció allí durante dos meses. Luego fue llevada a la cárcel de mujeres del Buen Pastor y finalmente liberada (Télam, 2014).

 

[10]   Lobera es autor, junto a Gerardo Mansur y Francisco Calvo, del libro: "En defensa de la Psicología. Un triple enfoque: científico, Universitario y Legal", publicado en 1983 (Ripehp, 2013).

[11]   Mocchiutti dice que no fue cesanteado a principios de marzo, como indica la lista de la Facultad de Filosofía, sino en la primera semana de abril, cuando ya habían asumido las autoridades militares. "Con certeza, fui cesanteado después del Golpe de Estado. Yo encabezaba la lista de 58 profesores titulares de la UNC que fuimos encuadrados en la ley antisubversiva", precisó, consultado para este trabajo.

[12]   Lo ocurrido con Mocchiutti tras el Golpe de Estado resulta bastante curioso: en abril de 1976 fue cesanteado por las autoridades militares de la Facultad, pero al mes siguiente logró su reincorporación y en octubre de ese mismo año llegó a ser director de la Escuela de Psicología. Permaneció en ese cargo durante todo el Proceso y renunció recién en abril de 1984. 

 

[13]   Gómez aclara que el retroceso del psicoanálisis no afectó al ámbito privado; de hecho, dice que "muchos psicoanalistas, tras ser expulsados de las unidades académicas en 1976, se refugiaron en círculos de estudio muy pequeños, y muy cerrados por una cuestión de seguridad, que al final terminaron proliferando".

 

[14]   La resolución 308/85, firmada el 21 de mayo de 1985 por el decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Carlos Segretti, dispuso el reingreso de más de un centenar de docentes que habían sido cesanteados a partir de 1974.

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