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5.7. Injerencias explícitas del poder político

            A partir del Navarrazo en febrero de 1974 y sobre todo durante la gestión de Raúl Lacabanne como interventor de Córdoba (1974-75), la Facultad empezó a sufrir el accionar de diversas fuerzas represivas, tanto oficiales como clandestinas "alentadas y organizadas desde el mismo aparato del Estado" (Servetto, 2004).

            Raúl Gómez señala que ese embate se contextualizaba en una campaña nacional impulsada por el ministro de Educación, Oscar Ivanissevich, que se proponía "la limpieza de la amenaza comunista al interior de la Universidad" ([1]) y contaba en Córdoba con el respaldo del interventor de la provincia y de la Policía Federal que, agrega Servetto, "podía entrar a las aulas y detener o perseguir personas por orden de algún Juzgado". Es decir, la "Misión Ivanissevich", la Policía Federal, la Policía de Córdoba, el Ejército y el conjunto de las fuerzas represivas actuaron sobre la Universidad para "limpiar a la provincia de los elementos subversivos". También las organizaciones parapoliciales y paramilitares como la Triple A y el Comando Libertadores de América "hicieron prevalecer la amenaza y el temor", por lo que "la situación se puso difícil y la gente se retrajo", recuerda Colaski.

            Raúl Gómez recalca que en esos años también fue notoria la embestida de grupos universitarios semifascistas como la JPRA (Juventud Peronista de la República Argentina, conocida como 'Jotaperra'), que amenazaban a estudiantes y profesores de izquierda, hacían pintadas intimidatorias, intervenían las clases y decían que el 'pensamiento antinacional' debía ser directamente erradicado de la Universidad" ([2]). Según Gómez, "la Facultad de Filosofía fue uno de los principales focos de ataque, y en particular la carrera de Historia, que resultó mucho más castigada que la nuestra: tengo varios colegas que pudieron trabajar con docentes de la época y recuerdan las amenazas que sufrían".

            En la Escuela de Psicología, puntualiza Gómez, el hostigamiento fue sufrido principalmente por docentes como el titular de Introducción a la Psicología, Néstor Braunstein, que se exilió en México en 1974 ([3]); y Gerardo Mansur, profesor de Historia de la Psicología, que fue cesanteado en mayo de 1975.

            Colaski agrega al respecto: "El gobierno perseguía a los docentes que alentaban ciertas literaturas y censuraba determinados contenidos que no eran considerados 'oportunos'. Las autoridades llegaron incluso a disponer la quema de algunos textos porque eran 'subversivos' y no concordaban con lo que debía ser la formación de los jóvenes: 'obstruían el pensamiento del alumno' y de ninguna manera se podían enseñar".

 

            Pérez, por su parte, añade que "a partir de 1974, cuando el gobierno nacional pegó un viraje ideológico hacia la derecha, los alumnos sufrieron toda clase de presiones e intimidaciones" y tuvieron "dificultades para formar el Centro de Estudiantes y para tener discusiones políticas abiertas". Al margen, aclara que a él nunca lo pararon en la calle ni le dijeron nada, quizá porque no participaba en ninguna agrupación o porque era "el estudiante ideal que ellos esperaban".

 

            Héctor Martínez, en tanto, confirma que la carrera sufrió diversas injerencias por parte del poder político: recuerda, por ejemplo, que "Marcos Genet, uno de los organizadores del Primer Encuentro de Estudiantes y Profesionales de Psicología en 1974, quería crear un Colegio de Psicólogos pero no pudo hacer mucho porque inmediatamente el gobierno salió al cruce" e impidió concretar ese proyecto.

 

            En la misma línea, Ana Alderete recuerda que a principios de 1975 nombraron a Carmelo Felauto como decano en la Facultad de Filosofía y dejaron cesantes a profesores como Horacio Faas, María Burnichon y Elma Kohlmeyer de Estrabou ([4]): "Quedó la mitad de los docentes afuera y entonces el titular de la cátedra de Estadística, Livio Grasso, fue a preguntar por qué. Le contestaron que en la revista Cabildo había salido una lista de los docentes que se consideraban de izquierda y le dijeron que él también estaba ahí" ([5]). 

 

            Grasso, sin embargo, asegura ahora que en esos años no hubo ninguna intromisión por parte del poder político sobre la Escuela de Psicología, o al menos sobre su materia, sino todo lo contrario: lo que hubo, según dice, es "una especie de auge de las posiciones ideológicas de izquierda", que se prolongó hasta el Golpe de 1976. Antes de ese año, según dice, predominó "la idea de 'izquierdizar' los contenidos de la carrera, por medio de una actitud crítica hacia la psicometría y la estadística".

 

            Otros consultados, al igual que Grasso, relativizan o directamente niegan la injerencia del poder político sobre el funcionamiento habitual de la carrera. Mirotti remarca que en su materia, Técnicas Proyectivas, "no se metieron nunca" y que las acciones del gobierno del interventor Raúl Lacabanne y del poder político en general no tuvieron ninguna influencia sobre su cátedra. Sólo menciona el caso de una docente joven que ingresó a su equipo de trabajo de manera aparentemente arbitraria, por alguna clase de arreglo de su marido (o su padre) con las autoridades de la carrera.

 

            Es probable, como señalan Grasso y Mirotti, que la injerencia del poder político no haya sido tan evidente sobre los equipos de cátedra, pero no puede soslayarse la existencia de numerosos testimonios y datos objetivos que confirman el creciente accionar de las fuerzas represivas sobre la comunidad de la Escuela en su conjunto y en particular sobre los estudiantes. Esto fue particularmente notorio durante el último tramo de la presidencia de Isabel Perón, en 1975, que coincidió en Córdoba con el final de la intervención federal de Lacabanne y el breve período de Raúl Bercovich Rodríguez bajo el control del general Luciano Menéndez.

 

            Edgardo Pérez remarca que en los meses previos al Golpe de Estado hubo "gente desaparecida y alumnos de grupos políticos a quienes no se vio más", pero no recuerda otros detalles sobre el tema. Cosacov, en tanto, alude al caso puntual de "un compañero que venía de grupos cristianos que estaban a favor de un cambio de sistema: directamente desapareció y no se supo nada más de él" ([6]). Los demás entrevistados tendieron en general a admitir su desconocimiento sobre ese tema, quizá debido al hecho de que los procedimientos contra los estudiantes solían ser clandestinos y no se concretaban en la Ciudad Universitaria sino en distintos barrios de la ciudad.

 

            Un informe compilado por Romano (2011) indica que un total de siete estudiantes o graduados de la carrera de Psicología fueron secuestrados y asesinados en el período previo al Golpe de Estado ([7]). Son los siguientes:

 

           * José Miguel 'Quelo' Ferrero Coy. Nació en Villa Dolores, Córdoba. Ingresó en Psicología en 1972. Era trabajador independiente y actor de teatro. Fue secuestrado el 18 de octubre de 1975 en barrio Ferreyra, junto con Juan José y Oscar Domingo Chabrol. Tenía 23 años.

            * María del Carmen Del Bosco Pedranzani de Allende. Nació en Mercedes, San Luis. Se inscribió en Psicología en 1973. Fue secuestrada el 15 de diciembre de 1975 en barrio Empalme junto a su esposo Carlos J. Allende, y trasladada a La Perla. Tenía 21 años.

            * Vicente Manuel Ribero Maidana. No hay datos sobre su año de ingreso a la Escuela de Psicología. Fue secuestrado el 16 de diciembre de 1975 en la playa de estacionamiento en la que trabajaba o era propietario. Tenía 40 años.

            * María Ana Catalina Testa Raviolo. Nació en la localidad de Devoto (Córdoba) en 1943. Cursó el secundario en la ciudad de San Francisco y egresó en 1959 con el título de Maestra Normal. Ingresó a la carrera de Pedagogía y Psicología de la UNC en 1963 y se graduó a fines de esa década. El 8 de enero de 1976 fue secuestrada por el Comando Libertadores de América (CLA) en calle Echenique Altamira 2933, en el Barrio Iponá, junto a su esposo, Severino Alonso, con quien tenía tres hijos, y trasladada a Campo de la Ribera. Tenía 33 años.

            * Ángel Santiago Baudracco Mano. Nació el 13 de agosto de 1946 en Sacanta (Córdoba). En 1962 egresó del Seminario Claretiano de Rosario, luego estudió en el Colegio Monserrat y en 1969 ingresó a la carrera de Psicología. Era inspector municipal de tránsito y delegado del Sindicato de Empleados Municipales de Córdoba (Suoem). Fue secuestrado el 8 de enero de 1976 en Barrio Comercial: en el operativo intervinieron cuatro automóviles sin identificación y alrededor de 15 personas quienes, armas en mano, manifestaron ser policías. Junto a Ángel fue secuestrado su cuñado Héctor Guillermo Oberlin. Fue trasladado a Campo de la Ribera y aún permanece desaparecido.

            * María del Carmen Sosa Freitas de Piotti. Era maestra normal y bachiller, egresada del colegio 'Garzón Agulla' en 1963; ingresó a Psicología en 1964. Era coordinadora de la Dirección Nacional de Educación del Adulto (Dinea) y dirigente de la Unión de Educadores de la Provincia de Córdoba (UEPC). Fue secuestrada en Córdoba el 10 de enero de 1976 y trasladada a Campo de la Ribera. Tenía 32 años.

            * Adriana María Esper de Maggio. Nació en La Cumbre (Córdoba) en 1947. Ingresó a la carrera de Psicología en 1967 y se graduó en 1971. Trabajó en la guardería infantil de la Municipalidad de Córdoba. Fue asesinada en la mañana del 29 de enero de 1976 en una 'casa operativa' de Montoneros, en el barrio Colón, tras un procedimiento del D2. Vivía allí con Roque Ramón Maggio, su esposo, asesinado un año más tarde.


            Esta nómina permite observar que los asesinatos se cometieron en unos pocos meses: entre octubre de 1975 y enero de 1976 ([8]). Aparentemente se enmarcaron en una represalia generalizada de las fuerzas armadas por el ataque de Montoneros al regimiento de Formosa en octubre de 1975 ([9]) y por el asalto del ERP al cuartel de Monte Chingolo en diciembre de 1975 ([10]). Raúl Gómez ratifica que, en efecto, "algunos actos totalmente irracionales de la guerrilla vanguardista y foquista, como el ataque al cuartel de Monte Chingolo y al regimiento de Formosa", desataron "una persecución, represión y detención de activistas, líderes sociales, dirigentes sindicales y delegados de fábricas". Se trató, al parecer, de una embestida del ejército y sectores afines, en la que no importó si las víctimas tenían o no relación con las acciones guerrilleras.

            Añade Servetto: "La represión aumentó a partir de octubre de 1975, tras el asalto de Montoneros al destacamento de Regimiento de Infantería de Formosa. Antes de esa fecha las detenciones quedaban registradas en los libros de guardias, pero ya después se inició un accionar más clandestino que puede calificarse directamente como 'terrorismo de Estado'. Desde ese momento, las fuerzas policiales y militares tuvieron un accionar mucho más severo. De hecho, el presidente interino Ítalo Luder dictó decretos que les cedieron a las Fuerzas Armadas el poder de 'aniquilar al enemigo subversivo'" ([11]).


Referencias

[1]   Oscar Ivanissevich (1895-1976), médico de origen croata, fue funcionario del primer gobierno de Juan Domingo Perón: embajador en Estados Unidos entre 1946 y 1948, y ministro de Educación desde 1948 hasta 1950, en un período de fluidas relaciones con la iglesia católica. Volvió a ejercer el mismo cargo entre agosto de 1974 y agosto de 1975 (Izaguirre, 2011). Ivanissevich traía consigo la tarea de 'limpiar' a las altas casas de estudios de la influencia de la izquierda. Su política paralizó las tareas de investigación, desmanteló laboratorios y generó una fuga de cerebros de la universidad estatal (Pucheta, 2012). "La 'Misión Ivanissevich' ocasionó la cesantía de miles de docentes y la designación de rectores, decanos y profesores afines al poder político de turno (UNC, 2016). En Córdoba, Ivanissevich ubicó a Mario Víctor Menso al frente de la UNC. 

 

[2]   Pucheta (2012) indica que "sectores identificados con el ala derecha del peronismo (JPRA, conocida como 'La Jotaperra') empezaron a ocupar las aulas y los pasillos con el fin de amedrentar, señalar y perseguir a los militantes de las agrupaciones más progresistas: eran fácilmente identificables porque usaban brazaletes y manifestaban su intención de 'desterrar a la izquierda'".

 

[3]   El propio Braunstein se ha referido a esa época: "En 1973 hubo una especie de apertura democrática en Argentina y a mí me asignaron la cátedra de 'Introducción a la Psicología'. Mejor dicho, me presenté al concurso e hicieron todo lo posible para que yo no ganase, pero los estudiantes tomaron la iniciativa frente al decanato de la Facultad y me impusieron como profesor. Al año siguiente, 1974, ese movimiento de democracia en Argentina fue reemplazado por una represión muy violenta: todas las semanas íbamos al sepelio de algún amigo asesinado por las llamadas fuerzas parapoliciales, y empecé a recibir amenazas de muerte. Se me consideraba un mentor ideológico de la subversión pero en realidad yo no estaba militando en ningún partido y entonces no tenía ningún sentido quedarme en el país, exponiendo mi vida por nada. Así que decidí escribir a los amigos que había conocido en México en 1971, ya que ellos me habían dicho que me recibirían allá si las cosas se ponían difíciles para mí en Argentina. En septiembre del 74 viajé a México para ver qué pasaba. Me abrieron todas las posibilidades para recibirme en un puesto en el hospital psiquiátrico infantil, e hicieron una presentación para que pudiese ser profesor en el posgrado de la Facultad de Psicología" (Gómez & Orejuela, 2007). .

 

[4]    María Saleme de Burnichon y Elma Kohlmeyer de Estrabou fueron cesanteadas el mismo día, el 13 de mayo de 1975; y Horacio Faas el 1º de julio de ese mismo año (Facultad de Filosofía UNC, 2014).

 

[5]   Se trataría de un artículo sin firma, titulado 'El marxismo en la Universidad de Córdoba', publicado en la revista Cabildo en diciembre de 1974. Allí se alude a numerosos docentes de la UNC, principalmente de la Facultad de Filosofía, y se describe a casi todos de maneras muy peyorativas: a algunos se les endilga incluso su supuesta vinculación con grupos guerrilleros (Revista Cabildo, 1974).

[6]   Probablemente se trate de Ángel Santiago Baudracco, a quien se menciona más adelante.

 

[7]   Un relevamiento efectuado por Gonzalo Pedano (2007) determinó que las Facultades de Filosofía y de Arquitectura sufrieron el mayor número de desaparecidos y asesinados de la UNC entre 1972 y 1980: fueron 42 y 49 respectivamente. El trabajo no detalla las fechas de desaparición ni tampoco cuáles de los alumnos de la Facultad de Filosofía correspondían a la carrera de Psicología. Lo que sí queda claro es que no hubo ningún docente de Psicología desaparecido en esos años: todos fueron exclusivamente estudiantes.

[8]   Sólo tres de esos siete desaparecidos en los meses previos al Golpe de Estado aparecen en la placa recordatoria en homenaje a los "estudiantes y egresados muertos y desaparecidos en la década del 70, víctimas de la represión y el terrorismo de Estado" que se encuentra en el hall de la Facultad de Psicología de la UNC: María del Carmen Del Bosco, José Miguel Ferrero Coy y María del Carmen Sosa de Piotti (falta Adriana María Esper de Maggio, Ángel Santiago Baudracco, María Ana Catalina Testa Raviolo y Vicente Manuel Ribero Maidana). Además, la placa incluye a los desaparecidos durante el gobierno militar: Lucía Esther Molina de Nicola (estudiante, desaparecida el 21/04/1977), Oscar Ernesto Cocca Astrada (estudiante, desaparecido en mayo de 1977), Daniel Leonel Burgos (estudiante, desaparecido el 24/08/1976), Marta Rosetti de Arqueola (estudiante, asesinada el 11/07/1976 cuando era trasladada a prestar declaración desde la cárcel de San Martín), Amelia Insaurralde (estudiante, desaparecida el 12/04/1976), Nidia Cristina Fontanellas de Fessia (licenciada en Psicología, asesinada en Buenos Aires el 18/11/1976), Perla Elizabeth Scheneider (estudiante, desaparecida el 06/12/1977), Gerardo Ramón Ricardone (estudiante, desaparecido el 27/08/1978), Isabel Terraf Galoppo (estudiante, desaparecida el 01/12/1976), Rodolfo Alberto Ponce (estudiante, desaparecido el 11/05/1976), Marta Susana Alaniz (licenciada en Psicología, desaparecida el 10/03/1977), Juan José Ávila (secuestrado en San Salvador de Jujuy. No está confirmado que haya estudiado en la Escuela de Psicología de la UNC), María Inés Mucchiutti de Pérez (licenciada en Psicología, desaparecida el 16/08/76), Ana María Stiefkens de Pardo (licenciada en Psicología, desaparecida el 11/01/1977), Carmen Rosa Vilte de Loker (licenciada en Psicología, desaparecida el 24/05/76), María del Carmen Vanella Boll (licenciada en Psicología, desaparecida el 20/04/1976), Emilce Magdalena Trucco (estudiante, desaparecida el 01/09/1977), Cecilia Alicia Pessina de Ávila (licenciada en Psicología, desaparecida el 14/08/1976), Adrián José Ferreyra (estudiante, desaparecido el 29/03/1976), María Delia Leiva Sueyro (licenciada en Psicología, desaparecida el 11/01/1977), Orlando Germán Calafell (licenciado en Psicología, desaparecido el 01/06/1976), José Luis Piotti (estudiante, desaparecido el 19/01/1977), Ester Silvia Felipe de Mónaco (licenciada en Psicología, desparecida el 11/01/1978) y Alejandro Jirez Bodereau (estudiante, desaparecido el 06/05/1976). Las fechas de desaparición/asesinato y la condición académica han sido extraídas de Pedano (2007) y Romano (2011). Nótese que la lista menciona sólo a estudiantes y egresados: no se alude a docentes porque no habría habido ningún desaparecido entre los profesores de la Escuela de Psicología durante esa década.

 

[9]   El 5 de octubre de 1975, Montoneros realizó un ataque al Regimiento de Infantería de Monte N°29 'Coronel Ignacio Warnes' de la ciudad de Formosa. El asalto se conoce como 'Operación Primicia', pues fue el primero de la guerrilla a un cuartel militar y marcó el inicio de la lucha directa contra las Fuerzas Armadas. El operativo tuvo la participación de personal, armamento y vehículos que habían llegado desde distintos puntos del país por medios aéreos y terrestres. Los combatientes eran alrededor de 70. Secuestraron un vuelo de Aerolíneas Argentinas, coparon el aeropuerto 'El Pucú' de Formosa, asaltaron el Regimiento formoseño y el Casino de Suboficiales de esa fuerza, tomaron más de 200 rehenes. Al final murieron 12 guerrilleros, 10 soldados conscriptos, un subteniente, un sargento y tres vecinos, entre ellos dos civiles y un integrante de la policía formoseña. En otra entrevista incluida en este trabajo, Alicia Servetto considera que el hecho "fue una masacre: murieron muchos gendarmes y la población fue muy solidaria con la comunidad del Regimiento".

 

[10]   El 23 de diciembre del 1975, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) asaltó el Batallón 601 'Domingo Viejobueno' de la localidad bonaerense de Monte Chingolo, con el objetivo de apropiarse de 20 toneladas de armamentos que serían enviados a la guerrilla rural en Tucumán. Sin embargo, los atacantes fueron sorprendidos por el Ejército en el interior de la unidad y tuvieron que replegarse a una villa de emergencia cercana al cuartel. Fuerzas militares rastrearon casa por casa para hallarlos, mientras aviones de la Marina y la Fuerza Aérea ametrallaban las viviendas. El saldo final fue de 70 integrantes del ERP caídos en el cuartel y en las zonas cercanas; 40 civiles muertos en la villa y 10 militares y policías abatidos. La derrota en Monte Chingolo constituyó un golpe letal para el ERP (Plis Sterenberg, 2015).

 

[11]   Por el nombre de "decretos de aniquilamiento" se conocen a los cuatro decretos dictados por el Poder Ejecutivo Nacional durante 1975, con el fin de "aniquilar a los elementos subversivos". El primer decreto llevó la firma de la presidenta María Estela Martínez de Perón y se originó como consecuencia del "Operativo Independencia", para aniquilar a la subversión en la Provincia de Tucumán. Los tres restantes fueron firmados por el presidente interino Ítalo Argentino Luder y ratificados por el Congreso Nacional tras el ataque al Regimiento de Infantería de Formosa por parte de Montoneros (Cabilla, 2013).

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