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"Después del Navarrazo hubo censura y persecución, pero no llegó a haber terrorismo de Estado"

      Alicia Servetto es doctora en Historia y magíster en Partidos Políticos por la UNC. Es investigadora del Centro de Estudios Avanzados (CEA), docente de la maestría en partidos políticos y profesora de Historia Argentina Contemporánea de la Escuela de Ciencias de la Comunicación de la UNC. 
     Ha publicado diversos artículos sobre la historia política de las provincias argentinas. Es autora del libro 'De la Córdoba combativa a la Córdoba militarizada' (1998) y compiladora de 'La conformación de las identidades políticas en la Argentina del Siglo XX' (2000), junto a María Estela Spinelli, Marcela Ferrari y Gabriela Closa. Esta entrevista fue realizada el 1º de marzo de 2016 en la sede del CEA, en avenida Vélez Sarsfield al 100 de la ciudad de Córdoba. 

- ¿Hubo en en el período 1973-76 un aislamiento de los sectores críticos y una destrucción de las redes de participación estudiantil y docente en la UNC, a raíz de presiones del poder político?

- No fue así durante la época de Obregón Cano. Hay quienes llaman a ese período "la primavera de los pueblos", hasta el Navarrazo. Ya después empezaron a descender los niveles de participación, porque la policía perseguía y detenía. Se instaló un estado policíaco, y hubo censura y persecución, pero no llegó a haber terrorismo de Estado a secas, como se planificó e instrumentó a partir de 1976. Hubo un estado de terror, que no es lo mismo que terrorismo de Estado.


- ¿Cuál era el nivel de conocimiento de la comunidad académica sobre las acciones de las fuerzas de seguridad contra estudiantes y docentes?

- Para saberlo habría que tratar de trabajar cómo era receptada y procesada la información que circulaba en ese período. Estimo que las facultades más afectadas fueron Filosofía y Humanidades, Ciencias Médicas y Derecho, que eran las más conocidas. Pero es nada más que una apreciación.


- ¿Se produjeron grandes modificaciones en las orientaciones de los contenidos de la carrera, vinculados directa o indirectamente con los reemplazos de docentes por cuestiones políticas?

- En el caso de la carrera de Historia, el plan de estudios retomaba las discusiones académicas de los años 60. Se leía por ejemplo a Marx, a Gramsci y a los teóricos de la Cepal que escribían sobre la discusión entre desarrollo y dependencia. Los textos estaban en consonancia con el clima de ideas de ese momento.


- ¿Había grupos de docentes y estudiantes favorables al gobierno de la intervención o al gobierno nacional? ¿De qué maneras concretas manifestaban su posición?

- Sí, estaba la Juventud Peronista de la República Argentina (JPRA), que respondía al peronismo ortodoxo. Salían con brazaletes celestes y blancos, y andaban armados por las calles. Eran la fuerza de choque de la Juventud Peronista: militantes reclutados entre los sectores populares y las fuerzas más reaccionarias del peronismo. No sé quiénes eran sus referentes. Tampoco sé si eran estudiantes: quizá algunos lo eran ([1]). Respecto a la Triple A, es un misterio cómo se fue armando en Córdoba. A eso habría que investigarlo... Además, dentro de la comunidad universitaria hubo docentes que pasaron datos y colaboraron con las fuerzas represivas. Un caso muy resonante en la facultad de Filosofía fue el del profesor [Ángel Gabriel] Pautasso, denunciado por los organismos de Derechos Humanos como uno de los docentes que pasaba la lista de estudiantes "subversivos" a las fuerzas represivas. Él aún era docente cuando yo ingresé a la facultad en 1983. Se le hizo un juicio académico y fue expulsado. La carrera de Psicología, al formar parte de Filosofía y Humanidades, debe haber sufrido los efectos de Pautasso.


- El historiador Sanz Ferramola sostiene que hasta 1983 hubo en Argentina "una psicología perseguida y una psicología perseguidora". ¿Fue así en la Facultad de Filosofía y en las demás facultades de la UNC?

- Sin duda que hubo profesores que denunciaron a sus propios alumnos y colegas. Como dice Guillermo O'Donnell, la sociedad se controlaba a sí misma: cada vecino vigilaba a los otros. Hubo una reclusión a la vida privada y se desconfiaba a todos. Eso penetró en todo el tejido social, incluida la Universidad ([2]). Desde los años 60 hubo docentes cesanteados porque se sospechaba que eran "infiltrados, comunistas, subversivos, izquierdistas, terroristas". Después, durante la presidencia de Perón, empezó a aplicarse la Ley de Prescindibilidad, que autorizaba a despedir empleados por razones ideológicas. Muchos de los profesores fueron detenidos, otros terminaron desaparecidos y otros pudieron exiliarse. Los casos emblemáticos de la facultad de Filosofía, del que dependía la escuela de Psicología, son los de Oscar Del Barco, que consiguió exiliarse en México, y de otros académicos e intelectuales como Héctor Schmuchler, Tununa Mercado, Noé Jitrik o el grupo de La revista 'Pasado Presente', dirigida por José Aricó.

Textuales

Alicia Servetto

* "El período 1973-76 en Córdoba tiene como característica la aceleración de los procesos vinculados a la violencia política. Fueron tres años tumultuosos, en el que todo fue como rápido: el triunfo de la fórmula de Ricardo Obregón Cano y Atilio López [el 11 de marzo de 1973] y su destitución en febrero de 1974; y los gobiernos de los interventores Duilio Brunello [marzo a septiembre de 1974]; Raúl Lacabanne [septiembre de 1974 al mismo mes de 1975]; y Raúl Bercovich Rodríguez [septiembre de 1975 a marzo de 1976]... En esos tres gobiernos se fue precipitando el control del Estado sobre la población y sobre los nichos que se consideraban rebeldes, disruptivos. Desde el gobierno nacional se veía a Córdoba como un "foco de infección" que abarcaba a la Universidad y a algunos sindicatos como Smata, UTA y Luz y Fuerza, liderados por dirigentes como Atilio López, René Salamanca o Agustín Tosco... Particularmente la Universidad se consideraba como un lugar en el que era necesario aplicar medidas represivas, de censura, de persecución, para terminar con ese "foco de infección" y "organizar la comunidad", como decía Lacabanne, limpiando a los elementos disruptivos". 

* "Si bien los interventores de la provincia no tenían injerencia sobre la universidad, porque es un ámbito con fuero federal, contaban con el respaldo de la Policía Federal, que podía llegar a entrar a las aulas y detener o perseguir personas por orden de algún Juzgado Federal. Además trabajaban en consustanciación con el ministerio de Educación de la Nación. Esto fue notorio durante la intervención de Lacabanne [1974-1975] y el ministerio de Educación a cargo de Oscar Ivanissevich [entre agosto de 1974 y agosto de 1975]... Es decir que la Policía Provincial, la Policía Federal, el Ejército, la 'Misión Ivanissevich' ([3]) y el conjunto de las fuerzas represivas actuaron sobre la Universidad de Córdoba para limpiar a la provincia de los "elementos subversivos" ([4]). Las autoridades universitarias dejaron de ser electas, muchos de los decanos fueron removidos y los estudiantes empezaron a ser perseguidos y encarcelados. Algunos tuvieron que irse del país"

* "Después del Navarrazo [el 28 de febrero de 1974], los actores más "disruptivos" empezaron a replegarse y a estar a la defensiva, y la represión cayó sobre ellos. Un libro de Pilar Calveiro relata que llegó a haber 19 muertes por día [en el país] en algunos meses de 1974 o 1975, y alrededor de 900 en los tres años previos al Golpe. Es una barbaridad". 

* "Montoneros fue la organización revolucionaria que receptó más jóvenes universitarios. El ERP también, pero mucho menos. Después de la muerte de Perón [el 1º de julio de 1974], Montoneros se distanció de Isabel y pasó a la clandestinidad: todo su accionar quedó fuera del marco de la ley y sus dirigentes ya no fueron visibles. De esa manera dejaron expuesto a todo su movimiento de base: jóvenes, estudiantes y militantes de los barrios y de los centros vecinales". 

* "Puedo citar el caso de un amigo mío, que pertenecía al peronismo de base y trabajaba en una posta sanitaria en el barrio 25 de Mayo distribuyendo alimentos y medicamentos: él tuvo que irse del país después de que Montoneros pasara a la clandestinidad y publicara en la revista El Caudillo los nombres de a quiénes se proponía matar... También está el caso de Ricardo, estudiante de Química y dirigente de la primera línea de la Juventud Peronista, muy cercano a Obregón Cano, que fue detenido después del Navarrazo. Lo llamaron por teléfono para decirle que había una reunión a las tres de la tarde en tal lugar: él sospechó que podía ser una trampa pero fue igual porque era un sitio público. Los agarraron a todos, los tuvieron cinco días detenidos y les hicieron simulacros de fusilamiento. Ése era el estado que se vivió después del Navarrazo". 

* "La represión aumentó a partir de octubre de 1975, después del asalto de Montoneros al destacamento de Regimiento de Infantería de Formosa ([5]). Desde ese momento, el gobierno nacional tuvo un accionar mucho más severo. Ese año, el presidente interino Ítalo Luder dictó decretos que les cedieron a las Fuerzas Armadas el poder de "aniquilar al enemigo subversivo" ([6])". 

* "El registro de la Conadep de Córdoba indica que la desaparición de personas comenzó justamente a partir de octubre de 1975. Antes de esa fecha también había detenciones pero quedaban registradas en los libros de guardias. Después ya se inició el accionar de un Estado más clandestino. Se puede decir que ahí empezó realmente el terrorismo de Estado". 

* "Según la Conadep, antes de 1976 hubo 58 casos de desaparición de personas en la provincia. Pero el Centro de Documentación Audiovisual (CDA) está haciendo un listado de detenidos, desaparecidos y asesinados en Córdoba, que indica que los desaparecidos son muchos más. Ese informe agrega también otros datos: "Los activistas tenían entre 16 y 35 años, y el 76,5% (del total de 1089 víctimas del terrorismo de Estado entre 1969 y 1983 en Córdoba) pertenecía al ámbito universitario. En el caso de las mujeres, la mayoría de las víctimas pertenecía a la Facultad de Filosofía y Humanidades, siendo Psicología (17 casos) y Ciencias de la Educación (9) los más afectados".

* "Recuerdo que mi suegra, que era estudiante de Psicología y que después se pasó a Ciencias de la Educación, cursó antes del Golpe y decía que a muchos de sus compañeros ya no los vio más. Uno de ellos, desaparecido, tenía una hija que escribió un libro sobre el tema" 

Referencias
 

[1]   Los sectores identificados con el ala derecha del peronismo (JPRA, conocida como 'La Jotaperra') empezaron a ocupar las aulas y los pasillos con el fin de amedrentar, señalar y perseguir a los militantes de las agrupaciones más progresistas. Eran fácilmente identificables porque usaban brazaletes y manifestaban su intención de “desterrar a la izquierda” (El Diario del Juicio, 2012).

[2]   "Las listas confeccionadas por las propias autoridades interventoras comenzaron a ser parte del cotidiano, culminando con la expulsión, detención y persecución de estudiantes, docentes y no docentes de la UNC" (El Diario del Juicio, 2012).

[3]   "Oscar Ivanissevich (1895-1976), médico de origen croata, fue funcionario del primer gobierno de Juan Domingo Perón: embajador en Estados Unidos entre 1946 y 1948, y ministro de Educación desde 1948 hasta 1950, en un período de fluidas relaciones con la iglesia católica. Volvió a ejercer el mismo cargo entre agosto de 1974 y agosto de 1975 (Izaguirre, 2011). "Ivanissevich traía consigo la tarea de 'limpiar' a las altas casas de estudios de la influencia de la izquierda. Su política paralizó las tareas de investigación, desmanteló laboratorios y generó una fuga de cerebros de la universidad estatal (El Diario del Juicio, 2012). "La 'Misión Ivanissevich' ocasionó la cesantía de miles de docentes y la designación de rectores, decanos y profesores afines al poder político de turno (UNC, 2016). En Córdoba, Ivanissevich ubicó a Mario Víctor Menso al frente de la UNC. 

[4]   Dice Servetto: "La categoría de 'subversivo' no tenía ninguna entidad jurídica sino que se definía por el mantenimiento de determinados imperativos ideológicos. El 'subversivo' era quien pensaba distinto, y por eso mismo era perseguido".

[5]   El 5 de octubre de 1975, la organización Montoneros realizó un ataque al Regimiento de Infantería de Monte N° 29 'Coronel Ignacio Warnes' de la ciudad de Formosa. El asalto se conoce como 'Operación Primicia', pues fue el primero de la guerrilla a un cuartel militar y marcó el inicio de la lucha directa contra las Fuerzas Armadas. El operativo tuvo la participación de personal, armamento y vehículos que habían llegado desde distintos puntos del país por medios aéreos y terrestres. Los combatientes eran alrededor 70. Secuestraron un vuelo de Aerolíneas Argentinas, coparon el aeropuerto 'El Pucú' de Formosa y asaltaron al Regimiento formoseño y al Casino de Suboficiales de esa fuerza. Tomaron más de 200 rehenes. Ese día murieron 12 guerrilleros, 10 soldados conscriptos, un subteniente, un sargento y tres vecinos, entre ellos dos civiles y un integrante de la policía formoseña (Richter, 2015). Servetto considera que el hecho "fue una masacre: murieron muchos gendarmes y la población fue muy solidaria con la comunidad del regimiento".

[6] Por el nombre de "decretos de aniquilamiento" se conocen a los cuatro decretos dictados por el Poder Ejecutivo Nacional durante 1975, con el fin de "aniquilar a los elementos subversivos". El primer decreto llevó la firma de la presidenta María Estela Martínez de Perón y se originó como consecuencia del "Operativo Independencia", para aniquilar a la subversión en la Provincia de Tucumán. Los tres restantes fueron firmados por el presidente interino Ítalo Argentino Luder y ratificados por el Congreso Nacional tras el ataque al Regimiento de Infantería de Formosa por parte de Montoneros (Cabilla, 2013).

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