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"Uno buscaba comprometer al alumnado pero no había una respuesta tan contundente como antes"

     Alberto Colaski (66) fue presidente del centro de estudiantes de la facultad de Filosofía de la UNC entre 1972 y 1976, por la Corriente de Izquierda Universitaria (CIU), que respondía al Partido Comunista Revolucionario (PCR), de orientación maoísta. Fue detenido/secuestrado en la medianoche del 29/30 de junio de 1977 en la casa un amigo, en calle Felix Frías del barrio General Paz, por personas de civil que ingresaron a la vivienda tras violentar la puerta principal y descolgarse por los techos. Permaneció dos meses en el centro de detención de La Ribera y otros dos en La Perla. En ambos sufrió toda clase de torturas. A fines de 1977 fue trasladado a la Unidad Penitenciaría Nº1 de Córdoba, y un año más tarde, en noviembre de 1978, fue derivado a la cárcel de La Plata, donde quedó alojado durante cuatro años. Fue liberado el 28 de diciembre de 1982, después de un total de cinco años y medio de prisión. Intentó de inmediato reincorporarse a la Escuela de Psicología, pero no fue admitido. Recién pudo reinscribirse en 1984 y se graduó en 1987. Ese año propuso la creación de la cátedra de Psicología y Derechos Humanos, de la que está al frente desde entonces. Esta entrevista fue realizada en el domicilio de Colaski, en el barrio Cofico de la ciudad de Córdoba, el martes 9 de agosto de 2016.   

- En 1974, el interventor federal de Córdoba manifestó su voluntad de efectuar una "limpieza ideológica" en las instituciones de la provincia ¿Impactó ese anunció sobre la vida cotidiana de la carrera de Psicología?

 

- En Psicología y en las demás carreras de la Facultad de Filosofía había cosas que indudablemente irritaban a esa gente desde el punto de vista del pensamiento, de las palabras y de las propuestas. Se perseguía a los docentes que alentaban ciertas literaturas y se censuraban determinados contenidos que no eran considerados como los más "oportunos". En algún momento, esos materiales llegaron incluso a ser quemados por ser "subversivos". No concordaban con lo que, según ellos, debía ser la formación de los jóvenes: "obstruían el pensamiento del alumno" y de ninguna manera se podían enseñar.

 

           

- ¿Qué recuerda de los ingresos y despidos de docentes entre 1973 y 1976?

 

- En 1972-73, nosotros nos encargamos de traer a la Facultad a profesores como [Néstor] Braunstein ([1]), [Marcelo] Pasternac y [Paulino] Moscovich ([2]), que habían estado relegados en los años previos, y la carrera empezó a llenarse de gente de otro color y de otro empuje para llevar adelante la cuestión universitaria. Después, cuando murió Perón en 1974, volvieron a dominar los sectores de derecha e ingresaron docentes más afines a la línea lopezrreguista, mientras que muchos profesores progresistas tuvieron que renunciar o se retiraron de la vida universitaria. Después, ya durante el Proceso, los militares reincorporaron a varios de los docentes que habían sido echados a partir de 1973.

 

 

- ¿Sabía usted de gente infiltrada por el poder político en la carrera de Psicología en esos años?

 

- Había que ser muy cuidadoso porque siempre existía la posibilidad de tener dentro de las propias filas a gente que se acercaba para sacar información o meter ideas que no eran las que uno defendía. Los que hacían eso acá en Córdoba eran algunos sectores del poder político, los servicios de inteligencia y los grupos paramilitares como la Triple A o el Comando Libertadores de América ([3]).

 

 

- ¿Pudo haberse dado el caso de profesores o administrativos que se encargaban de pasar información?

 

- Había rumores de que tal o cual persona podría estar trabajando para los servicios, pero no recuerdo haber tenido datos fehacientes sobre eso. No puedo arriesgarme a decir que haya sido así. Igualmente, uno se anticipaba a esa posibilidad porque ya sabía que lo habían hecho en otros lugares. Era una forma de funcionamiento de los sectores dominantes: hacían eso a manera de advertencia para todos los que estábamos trabajando en cierta posición.

           

 

- Se menciona a un docente de apellido Pautasso como alguien que realizaba ese tipo de tareas de inteligencia ([4])

 

- Pautasso fue secretario académico cuando el decano era Carmelo Felauto, durante el gobierno de Isabel y en los años de la dictadura ([5]). Los dos tenían una visión persecutoria, de ultraderecha, sobre los estudiantes ([6]). Después de la dictadura desapareció de la Facultad: se lo excluyó.

           

 

- Hay quienes dicen que Pautasso andaba armado. ¿Eso pudo haber sido cierto?

 

- Él dejaba ver que tenía un arma encima. Y cuando uno iba a hablar a su oficina, solía poner un revólver encima del escritorio. Además te decía que había que colaborar con los servicios de inteligencia y te hacía saber que ya había desaparecido algún estudiante. Eran momentos muy difíciles. Ahí ya empezamos a pasarla muy mal.

 

 

- ¿Tendió a disminuir la movilización estudiantil y docente en la carrera a partir de la "derechización" de la provincia y el país a partir de 1974?

 

- A medida que la gente se fue enterando de las desapariciones, los secuestros y las torturas, indudablemente fue internalizando ciertos miedos y terminó paralizándose. Si no hubiera sido así, podía pasar lo que había ocurrido en otros momentos: que la sociedad se largara a la calle, se desbordara y no tuvieran cómo pararla. De todos modos, ellos [las fuerzas represivas] intentaban que no se conociera la dimensión de lo que estaban haciendo y tenían toda una forma de comunicación social que es la de: "quédense tranquilos: no les van a pasar nada si no andan en nada raro". Igual, hubo gente que no tenía ninguna militancia e igual se la llevaron.

 

 

- ¿Se notó esa retracción en el Centro de Estudiantes?

 

- Sí claro. Uno buscaba comprometer al alumnado pero no había una respuesta tan contundente como en otros momentos [anteriores a 1974]. No todo el mundo estaba ya con la misma disposición de salir a la calle. Se pensaba dos veces antes de tomar alguna decisión. Se iba viendo lo que pasaba y hubo que ir modificando las expectativas.

 

 

- ¿Había temor incluso entre los que siguieron movilizados?

 

- Teníamos el mandato de no dar ni un paso atrás: debíamos seguir e íbamos para adelante. Después pudimos evaluar que no era el momento para ciertas cosas, porque las condiciones no estaban dadas: uno no iba a lograr lo que se proponía.

 

 

- ¿Se reflejaron los reemplazos de docentes sobre los contenidos de la carrera?

           

- Sí. Los contenidos estuvieron entre las cosas que ellos más atacaron. Decían que determinados temas no servían: que eran basura. Vinieron con otras bibliografías y fueron sacando la que había. Trataron de reemplazar el material que teníamos por otro de carácter sumamente positivista, no cualitativo: querían reducir todo a "dos más dos son cuatro" y nada más. De alguna manera tuvieron éxito pero alguna gente quedó todavía enganchada con viejas cosas que nosotros habíamos impulsado.

 

 

- ¿Se podría decir que las dos grandes orientaciones de la carrera antes del Golpe eran, por un lado, la psicología vinculada a la filosofía; y por el otro la psicometría y el conductismo?

           

- En realidad, existía por un lado el psicoanálisis y las corrientes afines; y por el otro, todo lo relacionado a la psicometría y a lo conductual. Se presentaban determinados conocimientos como "la verdad" que no se discutía. Ahora está ocurriendo algo similar: se está yendo nuevamente hacia una cosa biológica y cognitivista. Es muy difícil encontrar que alguien explique algo y se pregunte por qué es así o para qué.

 

 

- ¿Había una reacción de grupos estudiantiles contra todo lo que fuera norteamericano? ([7])

 

- Nosotros teníamos una definición muy clara en relación a ese tema: cuestionábamos principalmente al capitalismo y al imperialismo norteamericano, y pensábamos que también la Unión Soviética se había convertido en un país imperial. Decíamos que el Estado socialista podía devenir en un Estado capitalista y también en un imperio. Después vimos que, efectivamente, los soviéticos fueron metiéndose en nuestra estructura económica y social: de hecho, la URSS fue el principal socio comercial de Argentina durante la dictadura militar ([8]). Aun hoy el capital soviético tiene cierta penetración en el manejo de los intereses argentinos.        

 

 

- Varios docentes y alumnos de esa época dicen que ustedes solían interrumpir las clases. ¿Cómo era eso?

 

- El estudiantado interrumpía a los profesores para plantearles tal o cual diferencia en relación a lo que se dictaba en clase o a lo que estaba en el material bibliográfico. Eso me parece bien. Ojalá que volviera a tomar fuerza. Yo era el presidente del Centro de Estudiantes y en más de una oportunidad venían alumnos a decirme que se encontraban en determinada situación ante tal docente y me pedían que yo fuera a poner la cara en el aula.

 

 

- ¿Las clases que se interrumpían eran las que estaban vinculadas a lo que se consideraba "pro-yanqui"?

 

- Centralmente sí, aunque a veces también era porque no terminaba de comprenderse adecuadamente lo que se estaba explicando.

 

 

- El profesor Livio Grasso dice que padeció muchas de esas intervenciones.

 

- Es que él se quedó mucho en la cuestión psicométrica y no era fácil entenderle cuando explicaba. Por eso lo intervinieron en varias oportunidades. Pero bueno: tampoco fue tanto.

 

 

- ¿Cómo y por qué se produjo el aparente episodio de violencia contra la profesora Hermelinda Fogliatto?

 

- Su caso fue muy particular. Ella se manejaba con bibliografía muy positivista y los alumnos empezaron a decirle que diera también otra parte: un día se enojaron, reaccionaron y decidieron expulsarla. Le exigieron directamente que se fuera: le llevaron una nota dirigida al decano en la que estaba escrita su renuncia y la pusieron ahí para que la firmara. Ella se negó y además sacó a relucir que tenía un hermano que era comodoro en la Fuerza Aérea. Fue un abucheo total. Y ahí entonces le dijeron que no la iban a dejar salir si no firmaba. La tenían encerrada y la pellizcaban cuando ella intentaba moverse. En medio de ese desbande fueron a buscarme a mí y después apareció el decano Guillermo Beato ([9]). Me preguntó qué pasaba, le expliqué, y él les pidió a los estudiantes que dejaran salir a la profesora: ella se fue sin firmar nada y después siguió en el cargo. Varios años después, cuando yo salí de la cárcel, volví a encontrarme con ella en la Facultad.

 

 

- ¿Cómo fue el encuentro?

 

- Ni muy áspero ni muy cordial: fue un saludo y nada más. En ese momento yo ya no era el presidente del Centro de Estudiantes y no tenía ganas de discutir sino más bien de decir "paremos un poco". La encontré en el pasillo, me reconoció, y me preguntó: "¿Cómo anda, Colaski? ¿De nuevo por acá?". También me dijo que suponía que yo no la había pasado bien. Y sí, había sido así, efectivamente, pero bueno: acá estoy ([10]).

 

 

- ¿Que recuerda del profesor Murat?

 

- Era sumamente positivista. Decía que la psicología no existía más allá de lo que decían los manuales de psicología experimental. Obviamente, teníamos distintas ideas y era muy difícil entenderse con él. Pero dentro de todo era un buen tipo: no te iba perjudicar porque sí.

 

 

- El psicólogo Enrique Saforcada afirma que Murat le entregó una lista de docentes "subversivos" al interventor militar de la carrera en 1976. ¿Le parece posible? ([11])

 

- Yo no me atrevería a decir eso. Pero me he comido cada león en estas cosas que no puedo estar seguro de nada.

 

 

- Otros dicen que Murat asumió la carrera porque los militares le advirtieron que iban a cerrarla si no lo hacía.

           

- Yo me encontré con él después de mi salida de la cárcel ([12]) y me dijo que había aceptado la dirección de la Escuela de Psicología porque lo tenían amenazado con algo relacionado a un hijo que había andado no sé si en Montoneros u otro grupo de la guerrilla, y que estaba preso desde antes del Golpe. Aparentemente, los militares querían que Murat les pasara información que podía llegar a darle su hijo. A esto último no me lo dijo explícitamente sino que más bien me lo insinuó. Pero puede ser: no creo que lo hayan puesto como director de la carrera sólo para que estuviera cómodo.

 

 

- ¿El Centro de Estudiantes que usted presidía respaldó al gobierno de Isabel Perón?

 

- Yo pertenecía a un grupo vinculado al Partido Comunista Revolucionario (PCR), que había emitido la consigna de defender a Isabel ante la posibilidad de un Golpe de Estado que iba a ser muy cruento y no iba a poder ser enfrentado o detenido ([13]). Era una medida más bien táctica, para pasar el momento, para evitar quedar como finalmente quedamos: atrincherados después del Golpe. Nosotros distinguíamos entre el enemigo principal [los militares] y el secundario [las fuerzas de derecha vinculadas al gobierno de Isabel Perón]. Y ante la inminencia de un golpe de Estado, respaldamos al gobierno de ese momento.

 

 

- ¿Considera que fue correcta esa posición del PCR?

 

- Creo que si todos hubiésemos sumado para evitar el Golpe, las cosas habrían sido de otra manera. Pero no se pudo.

 

 

- ¿Cómo les explicaban a sus propios militantes estudiantiles ese respaldo a un gobierno de derecha como el de Isabel?

 

- Es lo que dije sobre el enemigo principal y secundario. Mao en su momento tenía abiertos dos frentes de lucha: uno contra Chiang Kai-shek, del nacionalismo chino de Taiwán; y otro contra los japoneses. Entonces habló con Chiang Kai-shek: le dijo que no podían seguir peleándose entre ellos sino que debían aliarse para combatir contra su enemigo común. Al final se unieron para pelear contra Japón: le ganaron después de algunos años y cada uno se quedó con lo suyo. Acá era lo mismo. El objetivo era sacar de encima [a la amenaza del Golpe de Estado] y mantener lo que había ([14]).

 

 

- Dentro de las autoridades de la Facultad o entre los docentes, ¿había gente afín al gobierno de la intervención federal de Córdoba?

 

- Y sí. Gente como Pautasso, Felauto y Caturelli ([15]) tenía afinidad con el gobierno de Lacabanne.

 

 

- ¿Había enfrentamientos entre los grupos estudiantiles?

 

- Sí, y eran fuertes. Nosotros tuvimos enfrentamientos principalmente con Montoneros. Ellos se caracterizaban por tener una práctica militarista que se traducía en el quehacer diario.

 

 

- ¿Ustedes también tenían enfrentamientos con la rama estudiantil del PC? ([16])

 

- Sí, nos enfrentábamos con el comunismo [tradicional del PC], sobre todo cuando veíamos el avance de la Unión Soviética sobre la realidad argentina y en particular su penetración económica dentro de la estructura socioeconómica y política de nuestro país. Con la gente del ERP no teníamos tantos enfrentamientos, porque ellos fueron haciendo un proceso de adecuación de sus ideas

 

 

- ¿Ingresaban grupos armados y encapuchados las clases?

 

- Había gente que entraba a las clases para "hablar en nombre del combatiente" del ERP, de Montoneros, o de algún otro grupo, pero armados no. Que yo recuerde, nunca. Lo de la capucha es cierto. Lo hacían para ofrecer exposiciones sobre tal o cual problema. 

 

 

- ¿De que manera desafiaban ustedes a gobiernos como el de Lacabanne, si es que lo desafiaban?

 

- Hacíamos tal o cual planteo y exigíamos una respuesta en 24 o 48 horas. En aquella época, a diferencia de ahora, era muy fácil agitar la necesidad de movilizarse y aglutinar a la gente para ir por ejemplo al centro de la ciudad y tomar la esquina de Colón y General Paz. Íbamos con [bombas] molotov y todo eso. Teníamos la ventaja de que íbamos caminando por la calle y los propios vecinos desde los balcones nos daban cosas para prender fuego y hacer barricadas.

 

 

- ¿Se podría decir que la movilizaciones eran más importantes que ahora?

 

- Sí, mucho más.

 

 

- Otros docentes han dicho que, pese a la supuesta "ebullición" militante, la mayoría no participaba en política: solamente quería estudiar, recibirse e irse.

 

- La Triple A y el Comando Libertadores de América hicieron prevalecer la amenaza y el temor. La situación se puso difícil y la gente se retrajo. Eso se fue notando en 1974 o 1975, no en años anteriores.

 

 

- Se ha dicho que en el siglo XX hubo en Argentina "una psicología perseguida y una psicología perseguidora": una persecución de unos psicólogos hacia otros. ¿Está de acuerdo con esa afirmación? ([17])

 

- Eso ha sido así durante años, en distintas etapas. Pero creo que ha dejado de suceder en los últimos tiempos.

 

 

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Alberto Colaski / Textual

 

            * "La Facultad de Filosofía de la UNC estuvo siempre vinculada a la mirada de la derecha: antes y durante el Proceso militar. Entre los docentes estaba por ejemplo [Alberto] Caturelli o [Juan] Mocchiutti, que veían todo desde la óptica de la iglesia. Yo he tenido ciertos encontronazos con Mocchiutti, por nuestras diferencias. No sé qué postura tendrá hoy: no quiero abrir juicio porque no lo sé.

 

 

 

Referencias

[1]   Tras el cambio de autoridades en la Facultad de Filosofia en 1973, Braunstein y varios otros miembros del equipo de Psicopatología del Hospital de Clínicas (Paulino Moscovich, Marcelo Pasternac, Pedro Palombo y Rubén Musicante, entre otros) comenzaron a dar clases en la Escuela de Psicología. En el caso de Braunstein, no fue por mucho tiempo. Él mismo recordó en una entrevista: "En 1974 empecé a recibir amenazas de muerte, porque se me consideraba un mentor ideológico de la subversión. En realidad yo no estaba militando en ningún partido y entonces no tenía ningún sentido quedarme en el país, exponiendo mi vida por nada. Así que en septiembre de 1974 viajé a México para ver qué pasaba. Me otorgaron un puesto en el hospital psiquiátrico infantil e hicieron una presentación para que pudiese ser profesor en el posgrado de la Facultad de Psicología" (Gómez & Orejuela, 2007)

 

[2]   Paulino Moscovich fue cesanteado el 13 de mayo de 1975, junto con otros 20 docentes de la Facultad de Filosofía de la UNC. Se reincorporó una década más tarde, en mayo de 1985, mediante la Resolución Decanal 308/85 que incluyó a más de un centenar de profesores que habían sido despedidos a partir de 1974 (Facultad de Filosofía UNC, 2014).

[3]   Una de las acciones más conocidas del Comando Libertadores de América tuvo como víctimas a estudiantes. A principios de diciembre de 1975, la organización fusiló a nueve alumnos de la UNC (cinco bolivianos, tres argentinos y un peruano, que en su mayoría cursaban la carrera de Arquitectura) en cercanías del dique Los Molinos, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba, por "desarrollar actividades subversivas en nuestra querida Argentina, que les brinda generosamente sus universidades", según publicó el propio Comando en un comunicado (Diario El Día, 1975; Infobae, 2016). 

 

[4]   Gabriel Pautasso (nacido en 1943) es licenciado y profesor de Historia, egresado de la Facultad de Filosofía de la UNC. Comenzó desempeñándose como celador en el Colegio Monserrat y en el Colegio Manuel Belgrano. En febrero de 1975, una resolución del rector de la UNC Mario Víctor Menso lo designó profesor interino de 'Historia del Pensamiento y la Cultura Argentinos' en la carrera de Historia de la Facultad de Filosofía. Simultáneamente fue nombrado secretario de Supervisión Administrativa de la misma Facultad. Y ese mismo mes representó a la UNC en las 'Jornadas de Trabajo Prospectivas de Córdoba', organizadas por la Intervención federal en la provincia, en ese momento a cargo del brigadier Raúl Lacabanne. "Fue una especie de lugarteniente de Carmelo Felauto [decano de la Facultad de Filosofía desde enero de 1975 hasta marzo de 1976], y tuvo más presencia después de 1976", dice el profesor Eduardo Cosacov. Con la llegada de la democracia, un movimiento estudiantil logró que la Facultad de Filosofía solicitara un juicio académico contra Pautasso, por haber sido uno de los docentes que pasaba listas de estudiantes "subversivos" a las fuerzas represivas durante el Proceso. En junio de 1986, el Consejo Superior de la UNC hizo lugar al pedido, y relevó a Pautasso de su obligación de dictar clases mientras durara la sustanciación de la investigación. Sin embargo "no hubo voluntad política de seguir el juicio y además él se retiró", dice el profesor Raúl Gómez. Posteriormente, Pautasso dictó clases en colegios secundarios dependientes de la provincia de Córdoba. También intentó ingresar como docente al Colegio Monserrat, pero no fue aceptado (Pautasso, 2012; Moreschi, 2014Martínez, 2016).

 

[5]   Felauto fue decano de la Facultad de Filosofía de la UNC desde enero de 1975 hasta el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 (Facultad de Filosofía UNC, 2010).

 

[6]   Eduardo Cosacov recuerda que Pautasso "estaba consustanciado con el tema de la limpieza ideológica" y "tenía una ideología anticomunista y antijudía, además de una mentalidad complotista: creía en oscuros poderes internacionales que buscaban llevar al país al comunismo y al ateísmo". El propio blog editado por Pautasso hasta 2012 tiene referencias contrarias al "sionismo" y al Estado de Israel (Pautasso, 2012; Cosacov, 2016).

 

[7]   Livio Grasso dice en una entrevista incluida en este trabajo: "Durante la primera mitad de los 70 hubo en la carrera una especie de auge de las posiciones ideológicas de izquierda, que pretendían ser también concepciones de izquierda de la psicología y de las ciencias sociales en general. Esos enfoques eran predominantes en las materias de primer año, que estaban en manos de [Gerardo] Mansur y [Néstor] Braunstein. Ellos daban consideraciones adversas a lo que presentaban como 'psicología yanqui': el conductismo, la psicología experimental y cualquier disciplina que recurriera a nociones estadísticas y conceptos metodológicos formales... Además, un grupo de alumnos muy identificados con el Centro de Estudiantes venían a las materias del área metodológica y durante 20 o 25 minutos exponían los criterios de Braunstein, [Paulino] Moscovich y demás. También nos calificaban a nosotros, los profesores, como 'agentes del capitalismo internacional' y otras expresiones altamente peyorativas que estaban de moda por entonces".

 

[8]   "A pesar de la matriz ideológica anticomunista del régimen militar que tomó el poder en marzo de 1976, el gobierno de Videla decidió intensificar las relaciones comerciales con Moscú, en respuesta a un contexto externo en el que las exportaciones agropecuarias argentinas se enfrentaron con restricciones en sus mercados de colocación tradicionales... Ese clima positivo alcanzó su máxima expresión durante el segundo tramo del gobierno de Videla. Datos tales como el crecimiento exponencial de las ventas de cereales argentinos al mercado soviético en los años 1980, 1981 y 1982 demostraron que el régimen militar continuó e incluso profundizó el sendero iniciado por el ministro de Economía José Gelbard durante la etapa peronista... En esos años, la URSS se convirtió en el comprador más importante de las exportaciones argentinas: 35 % del total general y 80 % del total en el rubro cereales". (Iberoamérica y el Mundo, 2000).

[9]   Guillermo Beato era doctor en Historia y docente de la Facultad de Filosofía de la UNC. Se exilió en México tras el golpe de Estado de 1966 y volvió al país en 1973. Desde junio a noviembre de ese año se desempeñó como delegado interventor de la Facultad de Filosofía de la UNC. Luego estuvo a cargo de las cátedras de Historia de América II e Historia Moderna. Fue cesanteado el 1º de mayo de 1975, junto a una docena de profesores de la Facultad de Filosofía. Ese mismo año volvió a exiliarse en México y permaneció allí hasta en 1984. Al año siguiente fue reincorporado en la Facultad de Filosofía mediante una resolución decanal que también dispuso el reingreso de más de un centenar de docentes que habían sido separados de sus cargos a partir de 1974. Retomó sus cátedras y desde allí promovió, entre otros objetivos, la formación de investigadores y docentes desde los últimos años de la carrera de grado. Falleció en 2014. (Facultad de Filosofía, 2014Valdemarca, 2014; Océano, 2012).

 [10]   Según recuerda Héctor Martinez, el reencuentro de Colaski con Fogliatto no fue "un saludo y nada más", como dice Colaski. "Él tenía que rendir la materia Orientación Vocacional [a cargo de Fogliatto] para poder terminar la carrera y habló conmigo: me dijo que no iba a aprobar nunca porque le había hecho la vida imposible a la profesora. Le contesté que ella no era revanchista, y le aconsejé que no se hiciera problema por eso: que se preocupara solamente por estudiar. No le dije nada a la doctora y él se presentó a rendir. Ella le hizo preguntas normalmente, él se empezó a soltar y le fue bien. Yo estaba ahí cerca, atento, mirando la situación".

 [11]   Escribe Saforcada: "El profesor Franco Murat se presentó ante el Mayor Ricardo Romero [interventor militar de la Facultad de Filosofía de la UNC desde abril de 1976 a febrero de 1977] como Oficial Retirado del Ejército Italiano durante la dictadura de Benito Mussolini, refugiado en Argentina. Le presentó la lista de profesores subversivos y le informó que había un depósito de armas y municiones en el Centro de Investigación en Psicología Social (CIPS). Todo lo que había en el Centro fue destruido. Para vergüenza de la Facultad de Filosofía y de la carrera de Psicología, Murat continuó trabajando en la Facultad y llegó a jubilarse mucho después del regreso a la democracia en 1983, oportunidad en que le fue concedida la condición de Profesor Consulto Titular" (Saforcada, 2012). 

 

[12]   Colaski fue detenido / secuestrado en junio de 1977 y liberado en diciembre de 1982.

 

[13]   Un artículo publicado en 2008 en el diario Página/12, describe al PCR de manera bastante crítica: "El Partido Comunista Revolucionario (PCR) surgió en 1968 como una escisión del Partido Comunista. Estuvo dirigido desde su origen por Otto Vargas, que venía del viejo comité central del PC, y a nivel sindical desarrolló la llamada 'línea clasista', cuyo dirigente más importante fue René Salamanca, líder del Smata de Córdoba. A diferencia del resto de la izquierda, el PCR apoyó al gobierno de Isabel Perón, en contra de lo que definía como el 'golpe prosoviético', categoría en la que englobaba a las organizaciones guerrilleras, al sindicalismo ortodoxo y a los militares golpistas. Esa posición lo llevó a trabajar juntamente con los sectores isabelistas del 'brujo' José López Rega, quien organizó la Triple A. En la década de los '80, el PCR fue cuestionado por su relación con el sector 'carapintada' y en especial con el que lideraba el coronel Mohamed Alí Seineldín, una relación que mantuvo por lo menos hasta el 2006, cuando firmaron una solicitada en conjunto por el bicentenario de la Reconquista. Las posiciones electorales del PCR se orientaron la mayoría de las veces al voto en blanco. Con algunas excepciones. Una fue en 1989, cuando respaldó la candidatura de Carlos Menem, al que consideró "un emergente de la burguesía nacional". De esa época se gestaron relaciones con diferentes intendentes del peronismo menemista y después duhaldista. Desde la elaboración que hace el PCR del maoísmo, el campesinado tiene un rol decisivo en el proceso revolucionario. Por esa razón priorizó su trabajo entre los pequeños y medianos productores y se opuso siempre a las retenciones, por considerarlas un instrumento de los gobiernos 'oligárquicos'".(Página/12, 2008).

 

[14]   A fines de 1936, dos generales chinos arrestaron a Chiang Kai-sheken en el noreste del país y pretendieron fusilarlo, en lo que se conoce como "el incidente de Sian". Ante este hecho, Mao Tse Tung envió a un mediador, quien en nombre del Partido Comunista sostuvo que matar a Chiang Kai-shek favorecería al imperialismo japonés. Luego Mao y Chiang constituyeron el Frente Único Antijaponés: firmaron un programa de 10 puntos que se proponía poner fin a la guerra civil y unirse para resistir al Japón. Así lo hicieron durante casi 10 años, hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (Roldán, 2006).

 

[15]   Alberto Caturelli (Córdoba, 1927) es filósofo, ex docente de las Universidades de Córdoba, Buenos Aires y La Plata. Obtuvo su licenciatura en Filosofía en 1949 y el doctorado en 1953, ambos en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Luego, entre 1953 y 1993, se desempeñó como profesor de 'Historia de la Filosofía Medieval' en la Facultad de Filosofía de la UNC. Es doctor honoris causa en la Universidad de Génova, Italia; en la Universidad del Estado de Puebla, México; y en las Universidades John F. Kennedy y FASTA (Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino), de Argentina. Estos datos aparecen en un sitio web denominado Psicología 2000 y constituyen una transcripción casi textual de un artículo del portal Wikipedia. Sin embargo, Psicología 2000 introduce una modificación que revierte por completo el tono elogioso del texto original: reemplaza un párrafo que destaca la "participación de Caturelli en la vida cultural de la Iglesia Católica, siendo un ejemplar defensor de la Familia", por otro que alude a su "participación activa en la denuncia de profesores y estudiantes en la época de la dictadura, favoreciendo a la conformación de listas" (Psicología 2000, 2013). Esta acusación, que podría parecer una especie de exabrupto por parte de una página de internet poco relevante, coincide sin embargo con las sospechas expresadas por Miguel Mirotti respecto a que su expulsión de la carrera de Psicología en abril de 1976 pudo haber sido impulsada por Caturelli o por algún otro docente con ideas afines.

 

[16]   Raúl Gómez señala en otra entrevista incluida en este trabajo: "algunos de los propios integrantes del Centro de Estudiantes de nuestra Facultad realizaban intimidaciones contra militantes de la izquierda marxista: les decían 'váyanse a Moscú'". 

 

[17]   El historiador Ramón Sanz Ferramola sostiene que durante el siglo XX hubo en el país una "psicología-perseguida y una psicología-perseguidora, que fue otra de las tantas herramientas al servicio de la represión y del terrorismo de estado en Argentina, entre los años 1975 y 1983 (Sanz Ferramola, 2000).

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