top of page

"Las movilizaciones sólo dejaban de hacerse cuando se conseguía lo que se reclamaba"

            Ana María Alderete comenzó a estudiar la carrera de Psicología en 1968 y en los años siguientes fue ayudante alumna en las cátedras de Psicología Evolutiva, Psicoestadística y Técnicas Psicométricas. Se graduó en 1972. Al año siguiente egresó también de la Escuela de Sociología para Graduados de la Facultad de Derecho de la UNC. Posteriormente fue profesora de las cátedras de Estadística Aplicada, Psicoestadística, Psicometría y Metodología de la Investigación en la Escuela de Psicología de la UNC. También dictó clases en la Escuelas de Servicio Social y de Enfermería de la UNC, y en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Económico–Sociales de la Universidad de San Luis. Fue vicedirectora de la Escuela de Psicología de la UNC entre 1988 y 1989, y directora desde 1989 hasta 1990. Se desempeñó como vicedecana de la Facultad de Filosofía de la UNC entre 1992 y 1996, y  como decana desde 1996 hasta 1999. Luego fue decana de la Facultad de Psicología (1999-2003), secretaria de Asuntos Estudiantiles (2010-2013) y secretaria de Asuntos Académicos de la misma Facultad (2013-2016). Esta entrevista fue realizada el 29 de septiembre de 2016 en la Facultad de Psicología de la UNC.

           

 

- En 1974, el interventor federal de Córdoba manifestó su voluntad de efectuar una "limpieza ideológica" en las instituciones de la provincia ¿De qué manera impactó anunció sobre la vida cotidiana de la carrera de Psicología?

 

- En esos meses intervinieron la Universidad: pusieron a Carmelo Felauto como decano en la Facultad de Filosofía [en enero de 1975] y dejaron cesantes a profesores que eran considerados de izquierda, como Horacio Faas, María Burnichon y Elma Kohlmeyer de Estrabou ([1]). Quedamos muchos docentes afuera y eso produjo tensión interna. El titular de la cátedra de Estadística, Livio Grasso, fue a preguntar por qué no nos habían renovado el contrato: le contestaron que en la revista Cabildo había salido una lista de los docentes que se consideraban de izquierda y le dijeron que él también estaba ahí ([2]).  Justo en esos días nombraron de director de la Escuela de Psicología a 'Negro' [Julio Novillo] Corvalán, que había sido compañero mío, y nos reincorporaron a todos los docentes de Estadística. Después vino el Golpe militar y de nuevo quedamos afuera. Pero a fines de 1976 o principios de 1977 nos nombraron otra vez: yo estuve durante casi toda la dictadura como jefa de trabajos prácticos de Estadística y de Técnicas Psicométricas. También hubo persecución contra dirigentes estudiantiles: metieron presos a muchos.

 

 

- ¿Cuál eran los argumentos para no renovarles los contratos?

 

- Los motivos eran varios, pero principalmente tenían que ver con la actividad gremial y política. Supongo que a mí me cesantearon porque siempre he estado cerca del progresismo. En esa época simpatizábamos con el Partido Comunista Revolucionario (PCR) ([3]).

 

 

- El PCR respaldó al gobierno de Isabel Perón. ¿Cómo se explicaba en ese momento el respaldo a un gobierno de derecha?

 

- Los militantes del PCR decían que había un movimiento para voltear al gobierno democrático [de Isabel Perón] y que era necesario hacer todo lo posible por sostenerlo. En ese momento se los consideró traidores por eso.

 

- Circula la idea de que la primera mitad de los 70 fue de mucha movilización en el ámbito universitario, pero también hay quienes sostienen que en esta carrera había una gran "mayoría silenciosa". ¿Cuál es su posición al respecto? ([4])

 

- No estoy de acuerdo para nada con la idea de la mayoría silenciosa. No fue así. Había una participación activa de los estudiantes. Las asambleas eran masivas: recuerdo una donde los alumnos del Centro de Estudiantes le hacían toda clase de planteos al decano, Pío Del Corro ([5]), y él les decía que había ido a sacarlos de la cárcel cuando la policía los llevaba detenidos. También las movilizaciones eran muy grandes. Cuando [Miguel] Mirotti fue decano [de la Facultad de Filosofía entre 1970 y 1972] le decían "Decanato tomado" porque siempre iban los estudiantes a reclamarle algo al Pabellón Residencial ([6]). Una vez, la mayoría de mis compañeros fueron a exigirle que se volviera a tomar un examen de Técnicas Psicométricas porque no era de múltiple opción, como había sido hasta ese momento, sino que había que escribir la respuesta.

 

 

- Mirotti dice que quienes tomaban el decanato no alcanzaban a llenar el hall del pabellón Residencial y que después tuvieron cada vez menos gente hasta que al final dejaron de ir porque no tenían número ([7]).

 

- No es así. En realidad, las movilizaciones sólo dejaban de hacerse cuando se conseguía lo que se reclamaba. Por ejemplo, se pidieron cambios en los planes de estudio y la eliminación del trabajo final, y eso se fue logrando.

           

 

- ¿La retracción de las movilizaciones empezó con el Golpe de 1976, o antes?

 

- Un poco antes. Primero hubo grupos que pasaron a la clandestinidad y eso hizo que algunos estudiantes dejaran de participar. En 1975 ya no se veían movilizaciones masivas, al menos en Córdoba. Había mayor represión y la gente empezó a tener miedo. Muchas de las desapariciones ocurrieron antes del Golpe.

 

 

- ¿Cómo se tradujo el recambio de docentes en 1974-75 sobre los contenidos de la carrera de Psicología?

 

- Los profesores cesanteados fueron reemplazados por gente más conservadora y obviamente cambió el enfoque. En Psicología Social, por ejemplo, sacaron a Saforcada ([8]), que era de una línea progresista, y pusieron a [Eduardo] Castro, de formación más funcionalista ([9]). Creo que después también a él lo echaron. A Susana Guiñazú, que dictaba Niñez o Adolescencia, la echaron en 1975 y pusieron a la profesora María Cristina Martínez Vázquez, esposa de un ministro de la dictadura ([10]). Y Claudio Bermann, de Psicopatología, creo que fue reemplazado por [Teodoro] Isaac, más orientado hacia la psiquiatría clásica ([11]).

 

 

- ¿Eso mismo, pero en sentido inverso, había sucedido durante la 'izquierdización' del gobierno en 1973?

 

- En 1973 ingresaron [Néstor] Braunstein, [Paulino] Moscovich y otros docentes de izquierda, pero no fueron tantos y no sé cuánto tiempo habrán estado. Al mismo tiempo quedaron afuera algunos profesores [de tendencia conservadora], pero no por decisión de las autoridades de la Facultad sino por reclamos de los estudiantes. Es lo que pasó por ejemplo con [Enrique] Revol, en la cátedra de Antropología. Él era cuestionado principalmente por los estudiantes de Historia que cursaban esa materia con nosotros: le reprochaban, por ejemplo, que no abordara el tema de la cultura en las ciudades sino que se centrara en los pueblos primitivos. Un día se enojó y le dijo a un compañero: "Si usted sabe tanto, pase y siga dando la clase". El chico se paró en el frente del aula y siguió hablando. A mí en ese momento me pareció fantástico. Más adelante, los compañeros del Centro de Estudiantes llenaron el pabellón Francia Anexo de carteles que decían "Fuera Revol de la Facultad". Además pusieron 'cebitas' que iban explotando a medida que él las pisaba al entrar al aula. También explotó algo cuando él pegó con una mano en el escritorio. Entonces se fue y no volvió más. Lo reemplazó Iván Baigorria: eso debe haber sido en 1971. También el profesor [Ventura] Cordero tuvo un sumario en esos años, pero por otro motivo: él había dado unas conferencias sobre sexualidad en Frías, Santiago del Estero, y aparentemente había sido muy grosero. Empezó a nombrar, por ejemplo, los distintos sinónimos de la palabra 'pene' y eso cayó mal en una sociedad que era muy conservadora. El tema salió en un diario de esa provincia y después en Clarín. Creo que la Universidad lo suspendió por un tiempo, pero después volvió y siguió dando clases acá hasta jubilarse ([12]). Otra de las profesoras cuestionadas fue la titular de Metodología, Hermelinda Fogliatto, que era muy conservadora. Ella enseñaba pruebas no paramétricas, una parte de estadística diferencial y algo de diseños experimentales cuando ya existía toda otra mirada acerca de cómo se debía investigar. Los alumnos le hacían toda clase de reclamos y después directamente dejaron de ir a sus clases. Ella iba igual y se quedaba horas enteras en el aula, sin ningún estudiante. Eso pasó durante un mes o dos, hasta que un día los chicos tomaron el aula [en el segundo cuatrimestre de 1973] y le exigieron que firmara una nota de renuncia. La tuvieron encerrada como tres horas, pero ella no firmó. Después vino un profesor de la Escuela de Letras, [Iber] Verdugo ([13]), y llamó al rector [Francisco Luperi], que a su vez se comunicó con el decano [Guillermo Beato] para pedirle que interviniera. Yo en esa época decía que los amigos de Hermelinda, todos de derecha, no hicieron nada por ella. Después fue separada por un año y al tiempo volvió ([14]). En todos esos casos, el alejamiento de los profesores no fue por decisión de las autoridades sino más bien por cuestionamientos de los estudiantes.

 

           

- ¿Existió una reacción contra todo lo que fuera norteamericano durante el periodo de "izquierdización" de la carrera, antes de 1974?

           

- Sí, claro. Me acuerdo de que, por ejemplo, los estudiantes les exigieron a varios docentes que se pronunciaran en contra de la intervención de Estados Unidos en Vietnam y otras acciones del "imperialismo". Algunos se negaron. El profesor Franco Murat, por ejemplo, dijo que de ninguna manera iba a hacerlo. Había toda esa discusión.

 

 

- Enrique Saforcada ha escrito que Murat le entregó una lista de docentes "subversivos" al interventor militar de la carrera en 1976. ¿Le parece creíble?

 

- Murat me contó que el interventor militar de la Facultad [el mayor Ricardo Romero] le mostró una lista de docentes y le pidió que le dijera cuáles eran "subversivos". Murat le contestó que no iba a señalar a nadie y que ponía su renuncia a disposición [de las autoridades de la carrera]. Además les avisó a los conocidos que estaban en la lista. Dos de ellos eran compañeros míos: Carlos Ruiz, que después se fue a España, y David Slodky, que estaba en la cátedra de Estadística ([15]). Al día siguiente, el militar llamó a Murat para reprenderlo por eso, y ahí fue que él renunció. Yo le pregunté todo eso en los 80, cuando se estaba debatiendo si le iban a dar el cargo de profesor consulto. La decana de ese momento, María Burnichon, decía que Murat era de derecha pero que no había sido 'pro-milico' ni delator ni nada de eso ([16]). Se podría decir que él era "facho" en aspectos 'cotidianos': estaba en contra de que, por ejemplo, se abrieran los bares [de las Facultades] porque decía que ahí se juntaban los estudiantes a armar problemas. Pero no me parece que haya sido delator.

 

 

- ¿Cuáles fueron las corrientes teóricas que predominaron en la carrera en los años previos al Proceso militar?

 

- Principalmente el psicoanálisis. También había psicometría pero era mucho menos importante que ahora: las únicas materias psicométricas eran Psicoestadística, Metodología y Técnicas Psicométricas. Es cierto que la mayoría de los trabajos finales eran psicométricos, pero eso era porque Murat, Fogliatto y otros tenían esa formación. Los estudiantes hacían baremos y ese tipo de cosas.

 

 

- ¿También era importante la psicología vinculada a la filosofía? ([17]).

 

- Había sido así en los primeros años de la carrera [desde fines de los 50 hasta fines de los 60], pero ya no a partir del cambio del plan de estudios en 1969

 

- ¿También había conductismo de izquierda? ([18])

 

- Claro, sí. Estaba, por ejemplo, la profesora Raquel Krawchik, que era conductista y estaba ligada a la militancia en el Partido Comunista (PC).

 

 

- ¿Recuerda cuál fue el rol del docente (o no-docente) Gabriel Pautasso durante esos años?

 

- Cuando lo nombraron decano a Carmelo Felauto [en enero de 1975], Pautasso fue designado secretario de Administración. Cuentan los no-docentes que él ponía un revólver sobre su escritorio y se encargaba de delatar y perseguir. Recuerdo que Normando Gea, no-docente de la Facultad de Filosofía, me dijo que Pautasso tenía relación con personas de los servicios de inteligencia que vigilaban desde un auto que andaba por las calles de la Facultad: obviamente generaban mucho miedo. Nosotros también sospechábamos que uno o dos no-docentes pudieron haber trabajado para los servicios. Después, Pautasso tuvo un juicio académico y lo separaron del cargo: creo recordar que la Justicia falló en contra de la Universidad ([19]).

 

 

- ¿Era común la interrupción de clases por parte de agrupaciones estudiantiles?

 

- Sí, era frecuente, claro.

 

 

- ¿Era más habitual en las materias de orientación "yanqui"?

 

- Sí, ocurría con más frecuencia en las materias cuestionadas por su orientación o también por la forma que tenía el profesor de dar las clases. En el caso de Revol, por ejemplo, se rechazaba que citara a algunos autores en inglés o francés: nosotros no entendíamos nada.

 

 

- ¿Entraba gente armada de grupos guerrilleros a las aulas?

 

- Yo nunca vi, pero sí, sucedía eso. Mi marido, que estudiaba Arquitectura, me contó que una vez había entrado un grupo de armados y encapuchados a repartir volantes, y que al rato descubrieron quién era uno de ellos porque apareció con la misma remera que había usado para entrar encapuchado al aula. Ese tipo de cosas hacía que uno conociera a los estudiantes que estaban en las agrupaciones [armadas].

 

 

- Se ha dicho que en el siglo XX hubo en el país "una psicología perseguida y una psicología perseguidora": una persecución de unos psicólogos hacia otros. ¿Está de acuerdo? ([20])

 

- Lo que había en realidad eran enfrentamientos de líneas teóricas y de posturas políticas. En la cátedra de Estadística, por ejemplo, yo he escuchado hablar pestes sobre Braunstein y otros profesores de su misma línea. Eso ocurre hasta hoy: los que defienden las orientaciones experimentales en Metodología suelen hablar de manera despectiva sobre los enfoques cualitativos; y mismo lo sucede entre los psicoanalistas y los cognitivos. No hay una sana convivencia entre ellos.

 

 

- ¿Se podría decir que en los últimos 30 o 40 años existió en esta carrera los que se conoce ahora como "la grieta"?

 

- Diría que sí. En el caso de la cátedra de Metodología, a mí me ha sido difícil conseguir que los profesores tengan una mirada de complementariedad entre los distintos enfoques.

 

 

- Los enfrentamientos entre docentes en los años 70 ¿se reanudaron después del Proceso?

 

- Acá sucedió una cosa bastante dolorosa: muchos docentes no volvieron después de la dictadura. Es lo que ocurrió, por ejemplo, con Saforcada en Psicología Social, con 'Carlitos' Ruiz en Psicología Laboral, o con Slodky en Metodología. Se perdió mucha gente. En Psicología no ocurrió lo mismo que en otras carreras donde hubo enfrentamientos entre los profesores que volvieron y los que se habían quedado durante el Proceso. Me parece que los primeros años [de democracia] fueron bastante tranquilos y que recién después hubo un poco de polarización en un nivel que no tenía tanto que ver con líneas teóricas sino más bien con aspectos políticos.

 

 

- Otros entrevistados han dicho que algunos de quienes regresaron a partir de 1983 tenían ansias de reivindicación, y que quienes habían permanecido durante el Proceso no estaban conformes con el reingreso de sus colegas ([21]).

 

- Es cierto que los docentes más viejos estaban bastante molestos [con el regreso de quienes habían sido cesanteados en la década anterior]. Y del otro lado, es obvio que quien vuelve después de haber sido dejado afuera durante siete u ocho años va a esperar alguna reivindicación.

 

 

- ¿No era bueno el nivel académico en la primera mitad de los 70?

 

- El plan 1969 eliminó la exigencia del trabajo final, pero no me parece que haya sido tan diferente al plan anterior. Incorporó materias como Psicología Profunda I (que era básicamente Psicoanálisis) y Psicología Profunda II (que era existencialismo), y dio más espacio a la Psicología Social. Hubo ese tipo de cambios. Para mí, el nivel cayó recién en la dictadura.

 

 

- ¿Por qué le parece que fue así?

 

- Hicieron una limpieza... Muchos profesores quedaron afuera y nombraron a otros, incluso como titulares, que no eran buenos.

 

---

 

Ana Alderete / Textuales

 

            * "Corvalán pertenecía al Integralismo, el sector católico y de derecha del peronismo ([22]). Él era estudiante de Derecho y se inscribió en Psicología en el mismo año que yo, 1968, porque el Integralismo no tenía gente en nuestra Facultad. Terminó recibiéndose de psicólogo y al poco tiempo lo nombraron director de la Escuela".

 

            * "Yo trabajé con Murat desde mi primer concurso. Se podría decir que era conservador, pero no en el sentido de tradicionalista y católico, sino liberal al extremo: consideraba que el capitalismo era muy bueno, que los yanquis eran excelentes y que Dios no existe. Él había sufrido una especie de ninguneo por parte de familias tradicionales de Córdoba, por ser inmigrante italiano".

 

            * "Después de la dictadura me ofrecieron ser consejera en la Facultad: yo se lo comenté a Murat y le dije que no sabía si aceptar o no, porque nunca había trabajado en ese tipo de cargos. Me contestó que debía aceptar, porque yo siempre participaba en política, a diferencia de mucha gente que se dice de izquierda no se la ve nunca en terreno ni en las movilizaciones. Siempre me quedó eso de él".

 

            * "El plan 1958 [de la carrera de Psicología] era bueno para esa época; el de 1969 intentó aggionarse; el de la dictadura fue nefasto; y el de 1986 fue muy bueno para ese momento, porque se consideró la opinión de mucha gente, tratando de que tuviera una mirada bien amplia. Es un buen plan, con ciclo básico, materias electivas y tesis, en una época en que la mayoría de las carreras no tenía trabajo final: recién empezaron a tenerlo después de la creación de la Coneau [Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria]".

 

            * "Cámpora [Héctor, presidente de la nación entre mayo y julio de 1973] tuvo el apoyo de mucha gente de izquierda no-peronista. Después, cuando Perón rompió con Montoneros [el 1º de mayo de 1974], empezamos a mirar de manera distinta lo que estaba pasando. Teníamos fuertes discusiones con amigos sobre lo que iba a pasar".

 

            * "Mucha gente no estaba enteraba de la desaparición de personas durante la dictadura, o decía que era pura propaganda. En la Escuela de Trabajo Social, donde yo trabajaba en esa época, el director hizo firmar una solicitada [de respaldo al Proceso]: algunos lo hicieron porque quizá no sabían nada [sobre el accionar de los militares] y otros porque estaban convencidos. Después, algunos "lloraban" diciendo que no estaban enterados de nada: yo no sé qué dirán ahora".

 

            * "También se dio el caso de algunos profesores que habían trabajado durante el Proceso y que perdieron los concursos para renovar sus cargos, o que directamente no se presentaron. Es muy distinto que te echen, como ocurrió en la dictadura, a que te den la posibilidad de rendir concurso, que es lo que corresponde. Yo no vi que Mansur [decano entre 1986 y 1988] dejara afuera a nadie. Y lo mismo ocurrió con la directora de la Escuela, Amalia Giorgi: no hizo ninguna diferencia entre la gente que estuvo durante el Proceso y la que reingresó después


Referencias

[1]   María Saleme de Burnichon y Elma Kohlmeyer de Estrabou fueron cesanteadas el mismo día, el 13 de mayo de 1975; y Horacio Faas el 1º de julio de ese mismo año (Facultad de Filosofía UNC, 2014).

 

[2]   Se trataría de un artículo sin firma, titulado 'El marxismo en la Universidad de Córdoba', publicado en la revista Cabildo en diciembre de 1974. Allí se alude a numerosos docentes de la UNC, principalmente de la Facultad de Filosofía, y se describe a casi todos de maneras muy peyorativas y algunos se les endilga su supuesta vinculación con grupos guerrilleros. El artículo no menciona a Livio Grasso, como entendieron las autoridades de la Facultad en ese momento, sino a su hermano Luis, que era profesor de la Escuela de Ciencias de la Información y fue sindicado por la revista como perteneciente al "guerrillerismo" (Revista Cabildo, 1974).

 

[3]   Entre 1972 y 1976, el Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras (CEFYL) estuvo presidido por Alberto Colaski, que pertenecía a la Corriente de Izquierda Universitaria (CIU), que respondía al Partido Comunista Revolucionario (PCR), de orientación maoísta.

[4]   Eduardo Cosacov sostiene que "gran parte de los estudiantes conformaba una mayoría silenciosa que no tenía una postura definida". En la misma línea, Grasso entiende que "la movilización era protagonizada por poca gente, y el resto toleraba todo eso de mala gana". Por el contrario, Angélica Dávila recuerda que en los 70 "había mucha participación y una gran movida estudiantil"; y Héctor Martínez remarca que "la movilización del estudiantado era mucho mayor que en la actualidad". Raúl Gómez, por su parte, dice que en esos años existía "un alto nivel de movilización", pero que el estudiantado de Psicología "era quizá el menos politizado de la Facultad". Además lanza una hipótesis "provocadora" para explicar ese supuesto fenómeno: "acá se forman cuentapropistas: profesionales del trabajo independiente que responden a una tradición individualista, de pequeña burguesía, de gente que aspira básicamente a poner su propio consultorio".

 

[5]   Gaspar Pío Del Corro fue decano de la Facultad de Filosofía desde mayo de 1972 a mayo de 1973. Cosacov lo recuerda como "de extracción católica, conservadora y moderada".

 

[6]   En el mencionado artículo de la revista Cabildo se sostiene que "las propias autoridades de la Facultad de Filosofía, y particularmente el decano Miguel Mirotti (ex seminarista y estrechamente vinculado al tercermundismo) canalizaron la entrega a los marxistas" a principios de los años 70. "Siendo decano y simple contratado, se hizo dar la dedicación exclusiva y luego marchó con una beca a Alemania. Con el decanato de Mirotti, la entrega de aquella Facultad es prácticamente total", señala la publicación (Revista Cabildo, 1974).

 

[7]   Entrevistado para este trabajo, Mirotti dijo textualmente: "Cuando yo fui decano, la Facultad tenía varios miles de alumnos pero los que tomaban el decanato no alcanzaban a llenar el hall del pabellón Residencial. Después tuvieron cada vez menos gente y al final dejaron de ir, porque no tenían número".

 

[8]   Saforcada fue cesanteado el 30 de abril de 1976 y ya no volvió a desempeñarse en la carrera de Psicología de la UNC. Llegó a ser decano de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde actualmente es profesor consulto titular de Salud Pública y Salud Mental (Facultad de Filosofía UNC, 2014).

 

[9]   Eduardo Castro es licenciado en Psicología, en Pedagogía y en Psicopedagogía, y licenciado y doctor en Filosofía, egresado de la UNC. Ha sido profesor de las universidades de Córdoba y Río Cuarto, y de la Universidad Federal de Santa María (UFSM), en Brasil, donde reside actualmente. Ha orientado gran parte de su trabajo a los problemas de la comunicación y la teoría del conocimiento, y ha tenido a su cargo diversos proyectos de investigación y extensión vinculados a la participación comunitaria (INTA, 2005). 

 

[10]   Susana Tresserra de Guiñazú es egresada de la primera cohorte de la carrera de Psicología de la UNC. Llegó a desempeñarse como profesora adjunta en la cátedra Psicología Evolutiva II. Fue cesanteada el 4 de enero de 1976, durante el decanato de Carmelo Felauto, y reincorporada en 1985 (Facultad de Filosofía UNC, 2014).

 

[11]   Claudio Bermann no aparece en la "lista de docentes cesanteados por motivos políticos entre 1974 y 1983" publicada por la Facultad de Filosofía de la UNC (Facultad de Filosofía UNC, 2014), y no ha sido posible determinar cuándo y en qué circunstancias fue apartado de su cátedra en la carrera de Psicología. Lo que sí está documentado es que el 27 de abril de 1976 fue secuestrado por personal del Tercer Cuerpo de Ejército y trasladado al centro clandestino de detención 'Campo La Ribera', en barrio San Vicente, donde fue interrogado, torturado y finalmente liberado tres días después (Centro de Información Judicial, 2011). Casi de inmediato, él y su esposa Lucy Jachevasky emigraron a Israel y posteriormente se establecieron en Barcelona, donde crearon el GPB (Grupo Psicoanalítico de Barcelona), que se mantiene actualmente en actividad. Bermann falleció en esa ciudad en 2012, a los 86 años, y Lucy reside allí actualmente.

 

[12]   Ventura Cordero (1919-1996) dictaba la materia Neurofisiología y Psicofisiología: era médico neurólogo, psiquiatra, sexólogo y también estudiaba sociología y psicodrama. Aparentemente fue suspendido en dos oportunidades: primero en 1969 o 1970, al menos durante seis meses, por el episodio en Santiago del Estero; y luego, al parecer en 1973, por presión de los alumnos. "Lo echamos por su carácter autoritario, despectivo y reaccionario", recuerda Alberto Colaski, por entonces presidente del Centro de Estudiantes. Según Angélica Dávila, también influyó el hecho de que Cordero era "derechoso" y su cátedra era considerada "pro-norteamericana".

[13]   La revista Cabildo de diciembre de 1974 describe a Iber Verdugo como un "discreto marxista, ex-profesor de la Escuela de Aviación Militar de Córdoba" (Revista Cabildo, 1974).

 

[14]   El mencionado artículo de la revista Cabildo se hace eco del episodio: "Durante el año pasado [1973], los atropellos se sucedieron a diario [en la Facultad de Filosofía]. Recordamos solamente algunos: una profesora de Psicología es acusada de no enseñar con método científico (pues el único método es el materialista dialéctico) y fue secuestrada durante casi seis horas y vejada para obligarla a renunciar; el decano Beato como 'premio' la excluye de la docencia y la pasa a la investigación" (Revista Cabildo, 1974).

 

[15]   David Slodky nació en la ciudad de Salta en 1946 y reside allí actualmente. En una entrevista realizada en 2016 por el diario El Tribuno, aludió a su experiencia como estudiante y como profesional en Córdoba durante los años 70. "En esa década pivoteé sobre dos especialidades: por un lado, los métodos cuantitativos aplicados a la psicología y a la educación; [en este campo] me formé primigeniamente con el doctor Franco Murat: fui su alumno y luego colaborador docente e investigador. Por otro lado, me formé en psicología clínica con Néstor Braunstein y Marcelo Pasternac en el Hospital de Clínicas de Córdoba... Ejerzo como psicoterapeuta desde que la dictadura me forzó a abandonar la especialidad metodológica que necesita siempre de apoyo institucional" (Diario El Tribuno, 2016).

 

[16]   María Saleme de Burnichon fue decana de la Facultad de Filosofía de la UNC desde junio de 1988 hasta junio de 1990 (Facultad de Filosofía UNC, 2011).

 

[17]   Entrevistado para este trabajo, Raúl Gómez sostuvo que "la postura filosófica, tomista, metafísica, escolástica terminó siendo dominante después del Golpe, sobre todo a partir de la reforma del plan de estudios en 1978".

[18]   La mención al conductismo de izquierda surgió en este trabajo durante la entrevista con Raúl Gómez. Él recordó que Raquel Krawchik fue una de las docentes más importantes de la carrera en los años 80 y que su adhesión al conductismo era tan acendrada que se la conocía como "La viuda de Pavlov".

 

[19]   A mediados de los 80, la Facultad de Filosofía solicitó la realización de un juicio académico contra Pautasso por haber pasado listas de estudiantes "subversivos" a las fuerzas represivas durante el Proceso. En 1986, el Consejo Superior de la UNC hizo lugar al pedido y relevó a Pautasso de su obligación de dictar clases mientras durara la sustanciación de la investigación. Pero "no hubo voluntad política de seguir el juicio y además él se retiró", dice el profesor Raúl Gómez. Posteriormente, Pautasso dictó clases en colegios secundarios.

 

[20]   Sanz Ferramola sostiene que durante el siglo XX hubo en el país una "psicología-perseguida y una psicología-perseguidora, que fue otra de las tantas herramientas al servicio de la represión y del terrorismo de estado en Argentina, entre los años 1975 y 1983 (Sanz Ferramola, 2000).

 

[21]   En otra entrevista de esta serie, la profesora Angélica Dávila recuerda que, por un lado, "algunos de los reincorporados venían con la idea de que debían 'resarcirlos', devolverles lo que les habían quitado, y nombrarlos en lugares importantes"; y por el otro, "los docentes que habían estado durante el Proceso consideraban que tenían un lugar ganado". En consecuencia, existían "dos bandos, cada uno con sus razones" y "ya existía la 'grieta' de la que se habla mucho ahora".

 

[22]   "La matriz del integralismo es esencialmente católica, y desde posiciones inicialmente conservadoras experimentaron un gradual pasaje hacia un nacionalismo revolucionario identificado con el peronismo. Esta peronización se produjo a partir de la idea de compromiso con los pobres y frente a la evidencia de que en Argentina esos sectores eran mayoritariamente peronistas. En el Integralismo convivían tendencias de izquierda y de derecha, pero la fuerte influencia ideológica del cristianismo tercermundista, unido a su capacidad de movilización y su temperamento confrontativo, favoreció la hegemonía del sector más radicalizado. Si bien nunca se reconocieron abiertamente peronistas, varios de sus dirigentes pertenecían al justicialismo" (Pons, 2009). "La revista Primera Plana caracterizó al Integralismo como 'un sector universitario social cristiano, antimarxista, ribeteado por ideas nacionales y revolucionarias'. En su interior convivían 'demócratas cristianos y peronistas de distinto signo'" (Delgado, 2000).

bottom of page