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"Más allá de las ilusiones, no hay una cúpula de cristal que cubra a la Universidad"

      Raúl Gómez nació en la ciudad de Córdoba en 1965. Es licenciado en Psicología, graduado en la UNC en 1988. Es docente de la carrera de Psicología desde 1989, e investigador de la UNC desde 1992. Fue becario de SECyT-UNC, de CONICET y de la Secretaría de Extensión de la UNC. Presentó numerosas ponencias en congresos científicos nacionales e internacionales. Publicó cuatro libros y diversos artículos de divulgación científica y de opinión sobre aspectos psicológicos, sociales, legales y políticos de la drogodependencia. Es director del Programa de Formación en Posgrado en Drogodependencias y adicciones de la Secretaría de Postgrado de la Facultad de Psicología, UNC. Es consultor técnico del Observatorio Argentino de Drogas-SEDRONAR y de la Comisión Interamericana contra el abuso de Drogas (CICAD-OEA). Fue Secretario General de la Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba (ADIUC) desde 1997 al 2002. Militó en una organización peronista de izquierda y luego en el Partido Socialista de los Trabajadores. Fue fundador del MST Nueva Izquierda y actualmente es miembro de su dirección provincial. Ha sido candidato a gobernador de Córdoba por ese partido. Esta entrevista fue realizada el 2 de junio de 2016 en la Facultad de Psicología de la UNC.

- ¿Cuáles fueron las principales acciones explícitas del gobierno de la intervención de Córdoba sobre la vida académica la UNC y en particular sobre la carrera de Psicología durante 1973-1976? 

- La intervención de [el brigadier Raúl] Lacabanne tuvo impacto sobre toda la vida política cordobesa. Entre sus acciones más graves estuvieron los famosos allanamientos a los locales del PC (Partido Comunista), del PST (Partido Socialista de los Trabajadores) y del Sindicato de Luz y Fuerza en octubre de 1974. Fue un hecho de una brutalidad inédita: varios militantes fueron detenidos, torturados y una compañera de la juventud de PC murió como consecuencia de una agresión sexual ([1]). Al mismo tiempo, la policía de la provincia instalaba prácticas de detención, tortura y muerte a través del D2 ([2]). Ese clima de terror se trasladó de manera directa a la Universidad. Lacabanne respaldó explícitamente a grupos universitarios semifascistas, como la JPRA (Juventud Peronista de la República Argentina, conocida como 'Jotaperra'), que intimidaba a estudiantes y profesores de izquierda. Sus amenazas se volvieron corrientes ([3]). Uno de sus focos de ataque fue la facultad de Filosofía, y en particular la carrera de Historia, que resultó mucho más castigada que la nuestra. En Psicología, el hostigamiento fue sufrido principalmente por docentes como el titular de lo que hoy sería Introducción a la Psicología, [Néstor] Braunstein, que se exilió en México ([4]); y Gerardo Mansur titular de lo que hoy sería 'Escuelas...' ([5]). Todo eso se contextualizaba a nivel nacional dentro de la "Misión Ivanissevich", que se proponía la limpieza de la amenaza comunista al interior de la Universidad ([6]). 


- Otros entrevistados han dicho que la 'Jotaperra' y demás grupos de la derecha estudiantil no existían en la carrera de Psicología...

- No tenían expresiones en esta carrera pero sí en otras, como en Derecho. También existía una organización ligada a ellos, Guardia de Hierro, que tenía entre sus militantes a [el ex gobernador de Córdoba] José Manuel De la Sota: él había sido estudiante en esta Universidad y era secretario de Gobierno de [José Domingo] Coronel, intendente de Córdoba durante la intervención de Lacabanne ([7]). Es decir, la derecha universitaria existía, tenía expresiones, militantes y cuadros. A veces no se nutría de estudiantes sino de lúmpenes que se dedicaban a amenazar o directamente agredir a estudiantes y docentes.


- ¿En qué consistían concretamente esas prácticas de acosamiento e intimidación?

- Lanzaban acusaciones de "zurdos antipatrias", hacían pintadas intimidatorias, intervenían las clases y decían que el "pensamiento antinacional" debía ser directamente erradicado de la Universidad. Ése es el registro que tengo de colegas que pudieron trabajar con docentes de esa época y recuerdan las amenazas que sufrían. Algunos de los propios integrantes del Centro de Estudiantes de nuestra Facultad realizaban intimidaciones contra militantes de la izquierda marxista: les decían "váyanse a Moscú". En ese momento, el Centro estaba en manos de un grupo de izquierda que sin embargo empalmaba con los discursos y las acciones de la derecha peronista y del gobierno de Isabel Perón.


- ¿Qué pasaba con los votantes de ese Centro de Estudiantes? ¿Estaban de acuerdo con el "empalme" con la derecha peronista?

- La Corriente de Izquierda del Centro de Estudiantes ganó varias elecciones [desde 1970] y recién después, a fines de 1974 o principios de 1975, adoptó su posición de respaldar al gobierno de Isabel Perón ([8]). Lo que pasó a partir de 1975 debería ser chequeado: la versión que yo tengo (de muy segunda mano, de gente que los odiaba) dice que se prorrogaron el mandato en una asamblea medio fraudulenta que se hizo en el Teatrino o en el Pabellón Francia. No llamaron a elecciones, argumentando que "se está gestando un Golpe de Estado y hay que resistirlo".


- ¿Cuáles fueron las principales acciones clandestinas, de inteligencia, del gobierno de la intervención sobre la vida académica y sobre las actividades político-partidarias de estudiantes y docentes de la UNC durante ese período?

- La infiltración que más se conoce es la que hizo la Policía de Córdoba, en algunos casos utilizando estudiantes que en realidad eran policías, o mandando a las aulas a informantes del D2 para elaborar listas y hacer seguimientos de clases y de actividades políticas. Eso dio lugar a que después hubiera episodios de "contrainteligencia" por parte de la izquierda. De hecho, las persecuciones, secuestros, torturas y asesinatos de varios policías en esa época fueron un desbarranque de la intentona de infiltrar gente: la izquierda les ganó... Las infiltraciones no sólo fueron evidentes en esos años sino que llegaron incluso hasta mediados de los 80. Es conocido el accionar de un personaje llamado [Gabriel] Pautasso, que primero fue no-docente de la Facultad de Filosofía y después funcionario durante el Proceso. No se sabe si entró para informar o si fue reclutado como informante después de haber ingresado. Él fue autor de las listas de alumnos que se entregaban al Mayor Romero [interventor de la Facultad desde el Golpe hasta febrero de 1977] y posteriormente a los organismos de seguridad. Pero era más que un infiltrado. Algunos testimonios indican que portaba armas, hacía tareas de 'marcado' y seguimiento, y entraba a las aulas para llevarse a estudiantes: a eso lo pueden relatar varios. Actuaba coordinadamente con todos los grupos de la represión: el de los estudiantes-policías y el de otros personajes que estaban en la Facultad para espiar, marcar y hacer listas. En los 80, cuando yo era estudiante, logramos impulsar el juicio académico contra Pautasso, pero no hubo voluntad política de seguir con eso y además él se retiró ([9]).


- Otros entrevistados han dicho que también la izquierda recurría a la violencia en las aulas.

- El concepto que utilizaban los militantes de izquierda era el de autodefensa: sostenían que estaban habilitados a defenderse ante alguna agresión violenta. Algunos llegaron a usar armas pero no fue una actitud masiva. En nuestra Facultad hubo puntualmente un episodio de mucha agresión, contra la profesora Hermelinda Fogliatto ([10]): aparentemente, varios estudiantes del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), que estaban armados, le impedían salir de una asamblea. Algunos relatan un nivel de violencia mayor y otros un poco menor. Como sea, no había una formación militar del PRT en la carrera de Psicología.


- Se habla del uso de cadenas como instrumentos de agresión.

- La utilización de cadenas era un elemento de defensa ante un posible ataque de la Jotaperra. El razonamiento era: "Si van a venir a romperme la cabeza, dejame tener algo para defenderme". Las acciones brutales pertenecían en realidad a los grupos de derecha: un claro ejemplo es el ataque a los locales del PC, del PST y de Luz y Fuerza en octubre de 1974. Esos hechos inauguraron una forma de acción, la de entrar y golpear, que se vio en esta Facultad, en la de Derecho y en varias otras. 


- ¿Existía resistencia por parte de estudiantes o docentes contra todo lo que fuera "pro-americano", "conductista", como era el caso de la profesora Fogliatto? ([11])

- He tratado de indagar en eso y la respuesta es: sí y no. El rechazo hacia la profesora Fogliatto tenía que ver principalmente con que era bastante autoritaria: no era algo que se podía generalizar a todos los docentes con ideas conductistas. Además, si bien es cierto que la izquierda se oponía a la tradición cuantitativa y objetivista, también incluía pequeñas corrientes que reivindicaban lo cuantatitavo y si se quiere más positivista. Es decir, en esta Facultad existía un conductismo de izquierda. De hecho, una de las docentes post-83 más importantes de la carrera, Raquel Krawchik, era militante del Partido Comunista y a la vez conductista, al punto de que la llamábamos 'La viuda de Pavlov'. En la propia biblioteca de esta Facultad nosotros encontramos textos escritos por psicólogos chilenos durante el gobierno de Allende, que reivindicaban al comportamentalismo soviético. Está claro entonces que existió un sector de izquierda radical que vio en el conductismo una visión más científica de la psicología, en confrontación con la postura filosófica, tomista, metafísica, escolástica, que también tenía presencia en ese momento y terminó siendo dominante después del Golpe, sobre todo a partir de la reforma del plan de estudios en 1978 ([12]). La idea de que los conductistas eran 'pro-yanquis' surgió recién después de 1983.


- ¿Se podría decir, en síntesis, que las dos corrientes dominantes en esta carrera antes del Golpe eran, por un lado la psicología "metafísica", y por el otro la psicometría y el conductismo?

- Sí, y el psicoanálisis incipiente, con algunas posiciones más eclécticas: por ejemplo, la de Braunstein, que tenía una visión psicoanalítica pero incorporaba lecturas de lo que hoy llamaríamos cognitivismo. También se trabajaban autores hoy olvidados, o que al menos no se siguen leyendo, como Politzer, de una manera casi militante ([13]).


- ¿Quién era Murat?

- Franco Murat era titular de la cátedra de Psicometría. Algunos decían, para mí sin ningún tipo de pruebas, que en su juventud había sido militante fascista; y otros, que habían trabajado con él, decían que en algún momento había pertenecido al Partido Comunista Italiano. Eso dio lugar al mito de que Murat tenía prohibido el ingreso a Estados Unidos: algunos decían que era por fascista, y otros porque había sido militante comunista. Él era un positivista clásico, muy sólido a nivel teórico en relación a la psicometría, muy preocupado por la objetividad, y muy antitomista: lo escuché una vez gritarle "chupacirios" a Mocchiutti [Juan, su sucesor en la dirección de la Escuela de Psicología]. El problema es que no tenía carisma, era antipático, autoritario, caía mal y hablaba en un cocoliche que tampoco lo ayudaba. Era un personaje muy particular. Fue nombrado director de la Escuela de Psicología después del Golpe y renunció a los pocos meses. Su carta de dimisión (que nosotros recuperamos para el Museo de la Facultad) es muy ambigua y plantea cierto misterio. Tiene un tono extraño: hay algo que no se dice pero está ahí. Aparentemente él renunció cuando [los militares] le pidieron que armara las listas de docentes para expulsar.


Enrique Saforcada sostiene todo lo contrario: dice que Murat le llevó la lista de "profesores subversivos" al interventor de la Escuela de Psicología inmediatamente después del Golpe.

- He discutido públicamente esa idea con Saforcada. Considero que es una infamia, surgida de su enemistad profunda hacia Murat. No tiene pruebas para decirlo.


- Hay quienes dicen que Murat fue en cierto modo obligado a dirigir la Escuela de Psicología después del Golpe ([14]).

- Es solamente una versión pero puede ser cierta. En ese momento los militares amenazaban incluso con cerrar la carrera: no sólo el ingreso [como efectivamente ocurrió] sino todas las actividades, como se hizo con la Escuela de Cine, que fue clausurada completamente y se reabrió recién en 1984 o 1985.


- Otros entrevistados han dicho que la supuesta gran movilización estudiantil en los años previos al Golpe era en realidad minoritaria, y que gran parte de los alumnos de Psicología formaban parte de una "mayoría silenciosa". ¿Está de acuerdo con esa idea?

- Para mí, esa tesis choca con el hecho de que el Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía durante esos años tenía como presidente a un alumno de Psicología, Alberto Colaski, que pertenecía a una fuerza de izquierda muy movilizada ([15]), votada por la mayoría del estudiantado y respaldada por una gran masa crítica. De todos modos, es cierto que en ese momento se había conseguido instalar la sensación de "guerra de aparatos, con la población al medio". A eso contribuyeron algunos actos totalmente irracionales de la guerrilla vanguardista y foquista, como el ataque al cuartel de Monte Chingolo ([16]) y al regimiento de Formosa, donde murieron soldados conscriptos ([17]). También fue erróneo el accionar de la guerrilla en algunos conflictos sindicales: por ejemplo, el asesinato de un gerente de Fiat ([18]) con el supuesto objetivo de respaldar una huelga, que al final consiguió sólo hacerle perder apoyo popular. Creo que ese tipo de acciones [de la guerrilla por un lado y de las fuerzas del gobierno por otro] llevaron a sostener la idea de una "guerra de aparatos" con una gran masa neutral en el medio. Pero esa tesis queda refutada por el gran número de desaparecidos: si sólo fue una guerra de aparatos, entonces se trataba de aparatos muy grandes.


- ¿La movilización del estudiantado era mucho mayor que ahora?

- Sí, creo que sí. Pero también había condiciones sociales e incluso un "estado de ánimo" de las masas que facilitaron el Golpe.


- ¿Hubo reemplazos de docentes por motivos políticos en la carrera de Psicología durante los años previos al Golpe?

- Sí, de todo tipo. Había, por ejemplo, promoción de auxiliares docentes a los cargos de profesores.


- ¿Esa situación se reflejó en cambios de contenidos y orientaciones de las materias?

- Las modificaciones de contenidos se plasmaron recién con la instauración del plan de estudios de 1978. Antes del Golpe, cuando el decano era Carmelo Felauto, no hubo cambios de orientación sino más bien disputas y creación de cátedras paralelas. La más famosa fue la de 'Escuelas... a cargo de Mansur' versus 'Escuelas... a cargo de Mocchiutti'".


- ¿Cómo se explica la combinación entre la "limpieza ideológica" que se proponía encarar Lacabanne y la gran efervescencia militante de esa época?

- En realidad, la movilización de los sectores populares experimentó un retroceso a partir de 1974: ese año ocurrió el Navarrazo, que no tuvo resistencia, seguramente por la confianza en Perón; y entraron en crisis algunas organizaciones, por ejemplo Montoneros, tras ser expulsados por el propio Perón. En 1975 se perdió la huelga de Villa Constitución, una de las más importantes y combativas, reprimida con métodos de terrorismo de Estado ([19]). También hubo un retroceso de Sitrac-Sitram en Córdoba, que era una organización sindical de nuevo tipo, totalmente diferente a las que se había conocido. Además hay que sumar el accionar de grupos económicos, que fueron decisivos para crear un clima de desconcierto y escepticismo: hubo lockouts patronales y desabastecimiento premeditado por parte de organizaciones empresariales como la AGP (Asociación de Entidades Gremiales Empresariales Argentinas), cuyo presidente era Martínez de Hoz [José Alfredo, posteriormente ministro de Economía del gobierno militar]. Las condiciones de vida de las clases medias y populares se volvieron terribles, sobre todo a partir del Rodrigazo en 1975. Pero todo eso no logró ser resistido. En diciembre de 1975, después del fracaso de un Golpe de Estado iniciado en la base aérea de Morón, se llegó a pensar en un avance de la movilización popular iniciada en el Cordobazo ([20]), pero no fue así. Pocos días después, el 23 de diciembre de 1975, ocurrió el desastre del ataque a Monte Chingolo y se desató una persecución, represión y detención de activistas, líderes sociales, dirigentes sindicales y delegados de fábricas. Ésa y otras derrotas impactaron en el ánimo de las masas: marcaron un retroceso para los sectores populares. A la vez, el accionar desquiciado de algunas organizaciones de izquierda contribuyó a la formación de una franja de apáticos, escépticos y hastiados, sobre todo en los sectores medios. Los compañeros que eligieron la lucha armada eran sumamente valiosos y honestos pero siguieron una línea política equivocada. Creo que debemos profundizar en las consecuencias de esas acciones y en algún momento habrá que hacer un balance: algunos se enojarán. En todos esos episodios se deben buscar las razones del reflujo del ascenso popular y estudiantil. Ahí se generaron las condiciones para que nadie opusiera resistencia cuando se produjo el Golpe.


- Otros entrevistados han dicho que el Navarrazo no influyó para nada en la participación estudiantil y docente: que la movilización siguió igual que antes.

- Insisto en revisar los ataques a los locales del PC y del PST en octubre de 1974. Fueron hechos brutales.


- ¿No se podría decir que la embestida del gobierno ocurría sólo afuera de la Universidad?

- Posiblemente acá adentro no ocurría lo mismo que afuera, pero más allá de las ilusiones no hay una cúpula de cristal que cubra a la Universidad. Muchos de los militantes golpeados y torturados en los ataques a los locales del PC y del PST eran universitarios; el accionar de las patotas de la Jotaperra se producía en la Universidad; y el Navarrazo instrumentó por primera vez la infiltración de la policía en el ámbito universitario.


- ¿Había docentes y alumnos favorables al gobierno de la intervención?

- Sí, creo que sí, como lo hubo en la población en general. La derecha lúcida sabía lo que quería y tenía en claro que el Golpe necesitaba de las prácticas de exterminio para instaurarse. También había sectores confundidos ante las condiciones que se vivían a nivel país: existía la idea de que te podían matar en cualquier lado, en un fuego cruzado de una pelea que no era propia. El Golpe debe haber sido bienvenido para docentes como Mocchiutti y para estudiantes que estaban en el mismo tono; y también para sectores sociales que lo vivieron como un alivio: como la llegada de la paz y la tranquilidad.

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Raúl Gómez textual

     * "[Desde su creación y hasta fines de los 90] la Escuela de Psicología no tenía estructura propia: sólo un director, un vicedirector y un secretario técnico. Toda su planta de no-docentes pertenecía a la Facultad de Filosofía. Compartía edificio con la Escuela de Filosofía y con la de Ciencias de la Educación".

     * "Hay quienes sostienen que Psicología era el sector menos politizado de la Facultad de Filosofía y Humanidades. Yo siempre digo, quizá medio provocadoramente, que la supuesta despolitización de esta carrera se debe al hecho de que acá se forman cuentapropistas: profesionales del trabajo independiente que responden a una tradición individualista, de pequeña burguesía, de gente que aspira básicamente a poner su propio consultorio".

     * "Durante la primera mitad de los 70, el Centro de Estudiantes de nuestra Facultad estaba presidido por un alumno de Psicología, Alberto Colaski, perteneciente a la Corriente de Izquierda Universitaria (CIU), que formaba parte de la Federación de Agrupaciones Universitarias de Izquierda (FAUI) y estaba respaldado por el Partido Comunista Revolucionario (PCR), de orientación maoísta, que había nacido de una escisión PC a fines de los 60 y crecido muchísimo en el ámbito universitario. Era un partido importante, con mucha influencia, y tenía entre sus filas a artistas reconocidos, a intelectuales de fuste y a dirigentes obreros de masas. Ellos ubicaban a la lucha contra el imperialismo norteamericano en el mismo plano que a la lucha contra la izquierda marxista. En las asambleas les decían a los militantes de izquierda "que se vayan a Moscú". También acusaban a Montoneros de ser una quintacolumna del "imperialismo soviético" ([21]): en este sentido entroncaban con el discurso de algunos sectores de la derecha peronista. A la vez, sostenían que era necesario defender al gobierno de Isabel ante la posibilidad de un Golpe de Estado: también en este sentido empalmaban con la ortodoxia peronista. Finalmente combinaban la tesis sobre la defensa del gobierno de Isabel con la tesis del "imperialismo soviético" y llegaban a la conclusión de que se venía "un golpe pro-soviético". De hecho, escribieron varios textos en relación a ese tema: sostuvieron, por ejemplo, que la decisión del gobierno militar de mantener la venta de granos a la Unión Soviética pese al bloqueo impulsado por Estados Unidos, revelaba la condición "pro-soviética" del Golpe de Estado de 1976 ([22]). Después creyeron confirmar esa posición cuando la URSS se negó a votar el repudio a la violación de los derechos humanos en Argentina ([23]). De todos modos, el Proceso no tuvo ningún empacho en detener a militantes del PCR: de hecho, Colaski fue detenido-desaparecido y preso político hasta 1982 ([24]), y muchísimos militantes de ese grupo fueron blanco de la represión y terminaron como desaparecidos ([25]).

     * "El psicoanálisis era bastante marginal en Córdoba durante la primera mitad de los 70, y más aún el psicoanálisis lacaniano, que era prácticamente inexistente como corriente teórica: apareció recién en los 80. Eso se puede chequear empíricamente: el peso cuantitativo y cualitativo de los lacanianos es mucho menor antes del Golpe al que adquirieron después".

     * "Existen al menos dos tesis que intentan explicar el avance del lacanismo en Córdoba durante la dictadura. Una de ellas sostiene que su hecho fundante fue la supuesta visita de Oscar Masotta, aunque también hay quienes niegan que haya venido; y la otra dice que Lacan fue introducido por los psiquiatras de la clínica Bermann, que estaban tradicionalmente ligados al PC y leían a [Louis] Althusser, y en particular dos 'folletos': uno sobre 'Aparatos ideológicos del Estado' y otro sobre 'Freud y Lacan'... Lo que está claro es que, tras ser expulsados de las unidades académicas en 1976, muchos psicólogos se refugiaron en círculos de estudio muy pequeños, y muy cerrados por una cuestión de seguridad, que al final terminaron proliferando. Utilizaban un lenguaje algo hermético, propio del lacanismo, con metáforas permanentes que les permitían diluir algunas cuestiones de lo social dentro de la 'novela familiar'". 

     * "Luego del Golpe de 1976, muchos estudiantes dejaron de cursar por un año o dos, aun sin ser militantes jerarquizados: se autopreservaron de esa manera. Tengo un conocido que dice que en la semana siguiente al 24 de marzo se cortó el pelo y se afeitó la barba". 

     * "Después del Golpe se conformó una lista de "estudiantes asesores" del interventor Romero en la Facultad de Filosofía. Ahí aparecen, entre otros, [la ex rectora de la UNC] Carolina Scotto, y el contador Molina. Algunos dicen que para armar la lista se tuvieron en cuenta los mejores promedios (lo cual es cierto), y que el grupo nunca se conformó. No sé: la lista está y hay una resolución de Romero en relación a eso".

 

Referencias


[1]   El 10 de octubre de 1974, un grupo de policías y civiles irrumpió a balazos en el local del Partido Comunista (calle Obispo Trejo 354, entre San Juan y Duarte Quirós, de la ciudad de Córdoba): provocó toda clase de destrozos, saqueó las cajas fuertes y dejó diversas pintadas con amenazas de muerte y la firma de "Las Tres A". También realizó golpes, torturas, simulacros de fusilamientos e incluso "la introducción del cañón de un arma en la vagina" de la militante Clelia Hidalgo, de 30 años, mientras la interrogaban. La joven fue trasladada "en calidad de detenida" al policlínico del barrio San Rafael y posteriormente al Hospital de Clínicas, donde falleció. El procedimiento comenzó con una supuesta persecución a "una pareja que manipulaba un radiotransmisor desde un bar, con el apoyo de un Citroën verde"; continuó luego con el desalojo del edificio de Tribunales y culminó con el ataque a los locales del PC, del PST y del Sindicato de Luz y Fuerza. Todas las acciones fueron coordinadas por el jefe de la Policía de Córdoba, Héctor García Rey, y del propio interventor federal, Raúl Lacabanne (Jorquera, 2007; Editorial Anteo, 1974).


[2]   El D2 era el Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba. Fue creado a mediados del siglo XX como división especial para perseguir y reprimir lo que se consideraba un tipo diferenciado de delito definido genéricamente como "subversión". Ya desde la década del 60 solía detener a sindicalistas, estudiantes y militantes partidarios que participaban de marchas y manifestaciones. Es lo que ocurrió en acontecimientos como el Cordobazo (1969) o el Navarrazo (1974). Durante el gobierno del interventor Raúl Lacabanne (1974-1975), el D2 elaboró un 'Registro de Extremistas' donde dejaba constancia del nombre y fotografía de las personas consideradas como tales por su activismo político y social. En esos años comenzó a actuar en coordinación directa con los servicios de inteligencia del Ejército y de la Aeronáutica, y fue el principal nexo entre militares y policías en la preparación y ejecución de persecuciones, secuestros, torturas y distribución de prisioneros a otras dependencias policiales y militares. Terminó convirtiéndose en una estructura propia dentro de la Policía de Córdoba, con autonomía para funcionar y ejecutar tareas represivas. A partir del Golpe colaboró con el III Cuerpo de Ejército, comandado por Luciano Benjamín Menéndez. Históricamente, el D2 funcionó en un inmueble del pasaje Santa Catalina, al lado del Cabildo y frente a la Catedral de Córdoba. En julio de 1977 se mudó a un edificio de Vélez Sarsfield y Fructuoso Rivera (donde luego funcionó la comisaría décima), y en 1978 a una casona ubicada en la esquina de Moreno y Caseros, que fue utilizada como centro clandestino de detención y tortura durante todo el resto del gobierno militar. Según la Conadep, las sedes del D2 no se usaban para alojar por mucho tiempo a los detenidos-desaparecidos, sino para realizar interrogatorios y aplicar diversas formas de tortura. Luego, los secuestrados eran distribuidos a los centros clandestinos de detención como La Perla, La Ribera e Hidráulica, o bien se los legalizaba llevándolos a las cárceles del servicio penitenciario (Comisión Provincial de la Memoria, 2009; Comisión Provincial de la Memoria, 2012; Comisión Provincial de la Memoria, 2016).
 

[3]   Dice Alicia Servetto en otra entrevista de esta serie: "La JPRA respondía al peronismo ortodoxo. Sus militantes salían con brazaletes celestes y blancos, y andaban armados por las calles. Eran la fuerza de choque de la Juventud Peronista: militantes reclutados entre los sectores populares y las fuerzas más reaccionarias del peronismo. No sé quiénes eran sus referentes. Tampoco sé si eran estudiantes: quizá algunos lo eran".

[4]   El propio Braunstein se ha referido a esa época: "En 1973 hubo una especie de apertura democrática en Argentina y a mí me asignaron la cátedra de 'Introducción a la Psicología'. Mejor dicho, me presenté al concurso e hicieron todo lo posible para que yo no ganase, pero los estudiantes tomaron la iniciativa frente al decanato de la Facultad y me impusieron como profesor. Al año siguiente, 1974, ese movimiento de democracia en Argentina fue reemplazado por una represión muy violenta: todas las semanas íbamos al sepelio de algún amigo asesinado por las llamadas fuerzas parapoliciales, y empecé a recibir amenazas de muerte. Se me consideraba un mentor ideológico de la subversión pero en realidad yo no estaba militando en ningún partido y entonces no tenía ningún sentido quedarme en el país, exponiendo mi vida por nada. Así que decidí escribir a los amigos que había conocido en México en 1971, ya que ellos me habían dicho que me recibirían allá si las cosas se ponían difíciles para mí en Argentina. En septiembre del 74 viajé a México para ver qué pasaba. Me abrieron todas las posibilidades para recibirme en un puesto en el hospital psiquiátrico infantil, e hicieron una presentación para que pudiese ser profesor en el posgrado de la Facultad de Psicología" (Gómez & Orejuela, 2007). Braunstein (nacido en Bell Ville en 1941) es médico, psiquiatra, psicoanalista, escritor y ensayista. En 1962 se graduó como médico en la UNC y en 1965 obtuvo el doctorado en Medicina. En 1974 se exilió en México. Actualmente es Profesor de Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México (UNAM) y miembro del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos de la UNAM. Fue uno de los docentes que ingresaron a la carrera de Psicología de la UNC cuando Héctor Cámpora asumió la Presidencia de la Nación en mayo de 1973. Otros profesores que se reintegraron en ese momento fueron Marcelo Pasternak y su mujer Nora; Claudio Berman; Raquel Ferrario (docente de Psicología Social y decana de la Facultad de Filosofía entre noviembre de 1973 y diciembre de 1974); Luis Prieto (lingüista); y Paulino Moscovich, junto con otros profesionales que trabajaban en Psicopatología en el Hospital de Clínicas.

[5]   Gerardo Mansur fue cesanteado el 1º de mayo de 1975, casi un año antes del Golpe de Estado de 1976, junto con otros 12 docentes de la Facultad de Filosofía de la UNC. Su cátedra, que era la 'B' de Historia de la Psicología, se fusionó inmediatamente con la 'A' que dictaba Juan Mocchiutti. Mansur fue reincorporado en mayo de 1985 mediante la Resolución Decanal 308/85, que incluyó a más de un centenar de profesores que habían sido despedidos a partir de 1974 (Facultad de Filosofía UNC, 2014). Entre 1986 y 1988, se desempeñó como delegado del Consejo Superior de la Facultad de Filosofía de la UNC, con funciones de decano. 

Acumuló una extensa trayectoria en el psicoanálisis, a través de la práctica clínica y la docencia en las cátedras Psicopatología I y II. Fue uno de los mayores referentes de la orientación lacaniana. Falleció el 18 de diciembre de 2006 (La Voz del Interior, 2006).

[6]   Dice Gómez: "Ivanissevich era muy particular: hablaba por radio diciendo que los universitarios tenían que 'ubicarse' o preguntando qué inventos habían hecho si tan científicos eran. Cosas así. A eso lo relatan docentes e investigadores de la época, que estaban azorados".

[7]   José Domingo Coronel (Santiago del Estero, 1946) es contador público: en 1973 fue electo concejal de la ciudad de Córdoba por el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) y en 1974, a los 28 años, asumió la intendencia tras la renuncia del presidente del Concejo Deliberante e intendente interino, Miguel Flores, y el fallecimiento del intendente titular, Juan Carlos Ávalos. Después de la muerte de Juan Domingo Perón, el 1º de julio de 1974, formó la agrupación 'De pie junto a Isabel' que respaldaba a la presidenta Isabel Perón. Fue depuesto y detenido al producirse el Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

[8]   Alberto Colaski fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía de la UNC entre 1970 y 1976, por la Corriente de Izquierda Universitaria (CIU).

[9]   Gómez agrega: "Hay un dato secundario pero no poco relevante: la mujer de Pautasso fue la cabeza y vocera de la resistencia al ingreso de mujeres al Colegio Monserrat a fines de los 90. Ella era la cara pública de todo un grupo de docentes, egresados y hasta estudiantes monserratenses que se movilizaron en rechazo al ingreso de mujeres porque decían que eso iba a 'desvirtuar la tradición del colegio'".

[10]   Dice Gómez: "Fogliatto era una docente de la derecha clásica, no fascista y, por lo que cuentan, bastante autoritaria. Fue una de las primeras investigadoras en Psicología en Córdoba y tenía influencia en la carrera".

[11]   Es lo que dice el profesor Eduardo Cosacov en otra entrevista de esta serie. Según él, a Fogliatto "la acosaron mucho porque se había formado en Estados Unidos". No sólo a ella sino también "a otros docentes de áreas metodológicas, que eran exigentes con los alumnos y tenían una formación más norteamericana". Sostiene Cosacov que uno de los "vicios" de la izquierda estudiantil de entonces era justamente "el rechazo a todo lo norteamericano, sin considerar que la política exterior de Estados Unidos no tenía nada que ver la producción científica (y específicamente psicológica) de ese país".

[12]   Gómez recuerda que el director de la Escuela de Psicología durante el Proceso, Juan Mocchiutti, "estaba ligado a la iglesia" y "tenía ideas tomistas" en relación a la psicología. "Su tesis de doctorado era una muestra de todo eso y un poco más: se refería a la correlación entre ateísmo y homosexualidad". Varios años después, en coincidencia con la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario en 2010, Mocchiutti escribió un artículo que incluye la siguiente afirmación: 
"Las tendencias homosexuales son anomalías. No es verdad eso de que cada uno elige lo que quiere ser. Todos los homosexuales que he atendido a nivel profesional, ninguno quería serlo... La inclinación que sienten se funda en el trastorno genético, en la habituación conductual, en la iniciación temprana y otros factores. El concepto de género es una transpolación que adviene de la literatura. Es incorrecto utilizarlo... En la especie humana lo que identifica es el sexo: masculino y femenino; esto es: macho y hembra y paremos de contar... Las otras variantes son anomalías de la naturaleza humana, que también ocurren en especies de animales: v.g., la ternera machorra, el toruno como dicen los campesinos refiriéndose a la ternera que no quiere ejercer y rechaza al toro, o el novillito que no termina de serlo... Ahora bien: cabe legislar sobre este tema, pero sin utilizar las palabras 'matrimonio igualitario'. Debió haberse denominado 'unión civil igualitaria'. Sabemos que no iba a ocurrir así por la intervención de aquellos que desean destruir a la familia..." (Mocchiutti, 2010).

[13]   Alberto Colaski recuerda que justamente Braunstein tenía "una visión progresista en áreas como el psicoanálisis y la psicología concreta de Georges Politzer".

[14]   Es lo que dice Eduardo Cosacov en otra entrevista de esta serie: "Murat fue instado por el mayor Ricardo Romero, interventor militar de la Facultad de Filosofía en 1976, a hacerse cargo de la Escuela de Psicología. Murat me dijo después que no quería aceptar pero igual se lo impusieron: debía acceder o quedar afuera".

[15]   Gómez matiza su afirmación: dice que la designación de un estudiante de Psicología como candidato a presidente del Centro de Estudiantes era "una especulación puramente electoral", basada en la evidencia de que la Escuela de Psicología tenía más alumnos y aportaba mayor cantidad de votos que las demás carreras de la Facultad. De ahí que la mayoría de los presidentes del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía hayan pertenecido a la carrera de Psicología, hasta que ésta se independizó a fines de los 90.

[16]   El 23 de diciembre del 1975, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) asaltó el Batallón 601 'Domingo Viejobueno' de la localidad bonaerense de Monte Chingolo, con el objetivo de apropiarse de 20 toneladas de armamentos que serían enviados a la guerrilla rural en Tucumán. "Ésta es una acción tan importante como el asalto al cuartel de Moncada que dirigió Fidel en Cuba. Nos permitirá cambiar el destino de la lucha de clases en Argentina”, habría dicho el jefe del ERP, Mario Santucho. Sin embargo, el plan fracasó rotundamente. Un espía infiltrado en el ERP (Rafael 'El Oso' Ranier) les transmitió a los militares los planes de Santucho y además saboteó el armamento que iban a emplear los guerrilleros en el ataque. Resultado: los atacantes fueron sorprendidos por el Ejército en el interior de la unidad y tuvieron que replegarse a una villa de emergencia cercana al cuartel. Fuerzas militares rastrearon casa por casa para hallarlos, mientras aviones de la Marina y la Fuerza Aérea ametrallaban las viviendas. El saldo final fue de 70 integrantes del ERP caídos en el cuartel y en las zonas cercanas; 40 civiles muertos en la villa y 10 militares y policías abatidos. Días después, la conducción del PRT sometió a 'El Oso' Reiner a un juicio revolucionario: lo ejecutaron y su cuerpo apareció en un terreno baldío del barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires. La derrota en Monte Chingolo constituyó un golpe letal para el ERP. Así, el golpe de Estado de marzo de 1976 encontró a la organización en retirada y con una capacidad operativa muy reducida (Plis Sterenberg, 2015; Télam, 2015). 

[17]   El 5 de octubre de 1975, Montoneros realizó un ataque al Regimiento de Infantería de Monte N°29 'Coronel Ignacio Warnes' de la ciudad de Formosa. El asalto se conoce como 'Operación Primicia', pues fue el primero de la guerrilla a un cuartel militar y marcó el inicio de la lucha directa contra las Fuerzas Armadas. El operativo tuvo la participación de personal, armamento y vehículos que habían llegado desde distintos puntos del país por medios aéreos y terrestres. Los combatientes eran alrededor de 70. Secuestraron un vuelo de Aerolíneas Argentinas, coparon el aeropuerto 'El Pucú' de Formosa, asaltaron el Regimiento formoseño y el Casino de Suboficiales de esa fuerza, tomaron más de 200 rehenes. Al final murieron 12 guerrilleros, 10 soldados conscriptos, un subteniente, un sargento y tres vecinos, entre ellos dos civiles y un integrante de la policía formoseña. En otra entrevista incluida en este trabajo, Alicia Servetto considera que el hecho "fue una masacre: murieron muchos gendarmes y la población fue muy solidaria con la comunidad del Regimiento".

[18]   Alberto Salas, de 43 años, dirigente de la empresa Fiat, fue asesinado cuando salía de su domicilio en un suburbio de Córdoba, el 28 de octubre de 1975. Era gerente de personal de las firmas Materfer y Grandes Motores Diesel, de la Fiat, que se hallaban en conflicto con sus empleados. El comando 'Atilio López', ligado a Montoneros, se atribuyó la responsabilidad del crimen (Diario Excelsior, 1975). 

[19]   El denominado "Villazo" fue una potente movilización social que se desarrolló en marzo de 1974 en la localidad santafesina de Villa Constitución, en respaldo a las demandas de mejores condiciones laborales exigidas por los obreros de las grandes industrias metalúrgicas del lugar (Acindar, Metcon y Marathon). Hasta entonces, los trabajadores "carecían de obra social y del cumplimiento de las leyes o condiciones laborales (salubridad y seguridad)", mientras que la seccional local de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) "se hallaba intervenida y era inactiva en la defensa de sus afiliados. Ante esa situación, los obreros tomaron las plantas desde el 9 al 16 de febrero, y luego siguieron realizando diversas movilizaciones. Finalmente, el 16 de marzo de 1974, unas 12.000 personas marcharon hacia la Plaza de la Constitución para reclamar el fin de la intervención del sindicato, el respeto a la democracia gremial, y mejoras en la obra social y en las condiciones de trabajo. Ese mismo día se consiguió la firma de un acta-acuerdo como primer paso para la normalización y democratización de la seccional de la UOM. Todas esas movilizaciones estuvieron favorecidas por "la vuelta del peronismo al gobierno, durante el primer gobierno de Cámpora", por "la radicalización de las acciones de protesta en base a lazos organizativos autónomos" y por "la presencia de organizaciones de la izquierda revolucionaria entre la población obrera". Exactamente un año después, el 20 de marzo de 1975, Villa Constitución fue escenario del 'Operativo Serpiente Roja del Paraná': una intervención masiva de fuerzas represivas que se propusieron aplacar las protestas obreras en la localidad. Policías federales y provinciales, de la Prefectura, de la Triple A, del grupo paramilitar Guardia Rural, y parapoliciales de la UOM nacional y del Ministerio de Bienestar Social llegaron a la ciudad en una caravana de más de 100 vehículos, la mayoría de ellos Ford Falcon, e instalaron su cuartel general en las propias empresas metalúrgicas. Intervinieron la seccional de la UOM y encarcelaron a centenares de trabajadores: muchos de ellos fueron torturados y algunos incluso asesinados. "Por su extensión y dureza, esta represión se acerca a las que después generaliza la dictadura sobre el conjunto de la clase obrera" (El Sur Diario, 2014). Aun así, el operativo fue resistido durante dos meses (hasta el 19 de mayo) por los obreros y la población, a través de organizaciones fabriles y barriales. De hecho, el accionar represivo tuvo que ir modificándose para enfrentar el movimiento de solidaridad de la población (Télam, 2013). 

[20]   El 18 de diciembre de 1975, en un intento de derrocar a la presidenta María Estela Martínez de Perón, el Brigadier Mayor Orlando Capellini consiguió detener al titular de la Fuerza Aérea, Brigadier General Luis Fautario, en la Base Aérea de Morón. Desde allí convocó al Ejército, encabezado por Jorge Videla, y a la Armada, en manos de Emilio Massera, a derrocar a la presidenta constitucional, pero no consiguió el apoyo que esperaba y tuvo que entregarse. Recibió una condena de sólo 60 días de prisión (Clarín, 2011). 

[21]   Dice Gómez: "Montoneros también era un grupo fuerte, no tanto acá en la Facultad de Filosofía, donde el PRT era más fuerte, sino más bien en el conjunto de la Universidad, donde era un corriente de masas. Miles y miles de jóvenes eran Montoneros".

[22]   "El hito más importante en la dinámica de las relaciones económicas entre la Argentina y la Unión Soviética durante el Proceso fue la negativa del gobierno de Videla a plegarse al embargo cerealero que la administración del presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, intentó imponer a Moscú. Esta decisión constituyó un caso excepcional por su alto grado de consenso interno, debido a tres razones fundamentales: en primer lugar, fue el único caso de coincidencia entre las diplomacias económica y militar durante el Proceso; en segundo término, tuvo el apoyo de las compañías exportadoras de cereales (La Plata Cereal, Cargill, Italgrani Plata, Dreyfus, Nidera, Continental y Bunge y Born), para las cuales resultaba un gran negocio; y tercero, fue una decisión que también contó con el respaldo de los partidos políticos. Esta excepcional convergencia sólo puede explicarse en el contexto de cierre del mercado europeo-occidental para los productos argentinos" (Historia de las Relaciones Exteriores Argentinas, 2000). 

[23]   "En 1977, la Unión Soviética votó tres veces en contra de incluir a la Argentina en las investigaciones de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Luego, entre 1980 y 1981, la URSS y Rumania fueron los únicos dos países que se opusieron a la propuesta del gobierno del presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, de condenar la violación de los derechos humanos en Argentina. También Cuba había respaldado al gobierno de Videla e incluso ayudó a crear un bloque de países para frenar la moción de Carter, pero al final no votó a favor del régimen militar argentino" (Soitu.es, 2009). 

[24]   Colaski fue secuestrado el 30 de junio de 1977 y permaneció en los centros de detención de La Ribera y La Perla, en Córdoba, durante cuatro meses. Luego fue trasladado a la penitenciaría de la ciudad y posteriormente a la cárcel de La Plata. Fue liberado el 28 de diciembre de 1982, después de un total de cinco años y medio de prisión. De inmediato intentó continuar la carrera de Psicología, pero no fue admitido. Recién pudo reinscribirse en 1984 y se graduó en 1987. Ese año propuso la creación de la cátedra de 'Psicología y Derechos Humanos': su proyecto fue aceptado y desde entonces es profesor titular de esa materia.

[25]   Entre ellos René Salamanca, de Smata Córdoba, uno de los principales dirigentes del Cordobaza, que fue secuestrado en la misma noche del 24 de marzo de 1976.

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